“El ejército de Nigeria, incluidos algunos de sus comandantes, debe ser investigado por participar, sancionar o no prevenir las muertes de más de 8 mil personas asesinadas, muertas de hambre, sofocadas y torturadas hasta causarles la muerte”, se lee en el reporte.
De ser correctas, estas cifras aumentarían exponencialmente el número de muertos estimado durante el levantamiento islámico de seis años, a unos 13 mil decesos. No hubo una respuesta inmediata por parte de las autoridades militares.
Boko Haram ha luchado por imponer la Ley Islámica a través del norte de ese país, masacrando civiles y secuestrando a miles de mujeres y niños, pero Amnistía denuncia que el ejército también ha cometido atrocidades.
Los soldados han detenido a unas 20 mil personas — algunos niños de hasta 9 años de edad, con evidencia mínima — y los han retenido bajo condiciones brutales, lo que ha resultado en varias muertes, acusa el reporte.
“Ex detenidos y altas fuentes militares describieron cómo es que se torturaba regularmente a los detenidos hasta la muerte — colgados sobre postes encima de hogueras, aventados a pozos profundos o interrogados con el uso de picanas eléctricas”, asegura el reporte que lleva el título: “Estrellas en los hombros, sangre en sus manos.”
La organización pidió al gobierno nigeriano que iniciara investigaciones sobre cinco oficiales por crímenes de guerra: el mayor general John A.H. Ewansiha, el mayor general Obida T. Ethnan, el mayor general Ahmadu Mohammed, el general de brigada Austin O. Edokpayi y el general de brigada Rufus O. Bamigboye.
También pidió que se investigara a jefes de defensa y personal del ejército, y sus dos predecesores, por posibles responsabilidades de comando.
Amnistía Internacional aseguró haber entrevistado a 412 personas a lo largo de los años para conformar el reporte, incluyendo víctimas, familiares, testigos y activistas, así como funcionarios del ejército.