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A Esquivel, de 31 años y que fue detenido el jueves 9 de julio, se le imputa el cargo de asesinato con extorsión por la muerte con arma de fuego de Daniel Licona-González, de 18 años, en el verano de 2012, que ordenó cuando era líder de los Centrales Locos Salvatruchas, una facción local de la MS-13.
Se presentará este viernes por teleconferencia ante el juez y de ser hallado culpable se enfrenta a cadena perpetua con posibilidad de recibir una sentencia de pena de muerte, de acuerdo con la Fiscalía.
“Marcelo Esquivel ordenó el asesinato de otro ser humano en cumplimiento del brutal código de la pandilla MS-13 y dos colaboradores acabaron con la vida de un hombre de 18 años para cumplir con el deseo de muerte del acusado”, declaró en la nota el fiscal Richard Donoghue, quien agregó que continuará haciendo “todo lo posible para aplastar a la MS-13”.
Para Donoghue, el arresto del pandillero “envía un poderoso mensaje” que refleja que el “paso del tiempo” no disuade a su oficina de investigar, procesar y responsabilizar a “cualquiera que cometa crímenes violentos en nombre de la pandilla”.
Según el agente especial del Departamento de Seguridad Nacional al cargo de la investigación, Peter Fitzhugh, Esquivel usó su autoridad como líder de la Mara Salvatrucha para ordenar el asesinato de un miembro de una pandilla rival con un arma que él mismo puso a disposición de los dos verdugos que ejecutaron el acto.
“Una vida humana es una vida humana, independientemente de la afiliación a una pandilla, y no se tolerará la violencia de pandillas contra pandillas. Seguiremos trabajando para sacar a los asesinos de la calle e intentar darles un poco de consuelo a las familias de las víctimas”, manifestó Fitzhugh.
De acuerdo a la Fiscalía, de las dos personas que supuestamente llevaron a cabo el asesinato, uno era un nuevo miembro de la pandilla que esperaba “ganar respeto” y el otro manejaba la bicicleta que usaron como vehículo para merodear por una zona en la que esperaban encontrar a un Latin King, la pandilla rival, en el barrio de Jamaica (Queens, Nueva York).
Según el relato de la oficina de Donoghue, estos dos miembros de la MS-13 se aproximaron a un grupo de hombres que creían que eran Latin Kings y uno de ellos gritó “La Mara”, en referencia a su pandilla, y le disparó a la víctima en la cabeza, que murió al día siguiente. EFE