“Tras la Segunda Guerra Mundial, las potencias aliadas tenían una labor colosal: querían documentar los crímenes de los nazis y buscar a las personas desaparecidas”, recuerda el Servicio Internacional de Búsqueda en un comunicado.
A partir de ahora, estos archivos son accesibles en internet, gracias a la ayuda de una plataforma en línea de búsqueda genealógica, llamada Ancestry.
“Los datos recogidos por Ancestry enriquecen nuestros archivos en línea con numerosas informaciones, por ejemplo, el destino de los trabajadores forzados extranjeros”, explica Giora Zwilling, una de las responsables de la institución.
Los fondos conservados en Bad Arolsen reúnen más de 30 millones de documentos. El fichero central de nombres incluye 50 millones de fichas sobre más de 17.5 millones de personas.
Los orígenes de estos documentos son muy diversos: algunos fueron recuperados en los campos y las cárceles durante la Liberación, otros proceden de diferentes organismos encargados de la repatriación y de los refugiados.