La batalla de almohadas se celebra en la academia desde hace más de un siglo, organizada por los alumnos de primer año como una forma de festejar el fin de su entrenamiento veraniego.
Habitualmente se les exige a los participantes usar cascos para proteger su cabeza pero en la de este verano aparentemente algunos alumnos los utilizaron como arma, metiéndolos dentro de las almohadas junto a otros objetos contundentes.
West Point, en la que se forman muchos de los altos mandos del Ejército, ha hecho público un informe sobre lo sucedido que concluyó que los militares veteranos no velaron por el desarrollo seguro de la tradicional pelea.