La muerte de este guerrillero, identificado como José Amín Hernández, fue catalogada como un “golpe contundente” al ELN, producto de un operativo coordinado entre la Policía Nacional y las Fuerzas Militares, según un comunicado del Ejército.
En el operativo, que permitió tomar por asalto el campamento de Hernández, fue capturado otro guerrillero.
Según las autoridades, el abatido jefe rebelde había ingresado al ELN, segunda guerrilla del país después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), en 1980 y actualmente tenía bajo su mando a cerca de 300 guerrilleros.
Extorsionaba al sector minero
Hernández era señalado de liderar extorsiones al sector minero en la región del Magdalena Medio (centro-norte), así como de participar en actividades de minería ilegal y narcotráfico.
Además, las autoridades le responsabilizan del secuestro de un avión de la aerolínea Avianca en 1999, que cubría la ruta Bucaramanga-Bogotá y llevaba 46 pasajeros a bordo.
Más recientemente, se le acusa de ordenar en enero del 2013 el secuestro de cinco contratistas de una empresa petrolera en el departamento de Bolívar (norte), dos de los cuales eran peruanos y uno canadiense.
El ELN, que cuenta con unos 2 mil 500 rebeldes en sus filas, anunció hace un año que mantenía diálogos exploratorios con el gobierno para instalar una mesa formal de negociaciones de paz, paralela a la que se desarrolla con las Farc en Cuba desde el 2012.
Sin embargo, los acercamientos no han dado resultados concretos aún y esta misma semana la Unión Europea y la Celac, en una cumbre en Bruselas, pidieron al ELN y al gobierno que inicien “cuanto antes” conversaciones formales de paz para poner fin al conflicto armado de más de medio siglo.
El conflicto colombiano, en el que han participado guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, ha dejado al menos 220 mil muertos y más de seis millones de desplazados, según cifras oficiales.