En tanto, el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erakat, declaró este miércoles que el presidente estadounidense había “destruido” la llamada solución de dos Estados.
Trump también “privó a Estados Unidos de cualquier papel” en el proceso de paz entre israelíes y palestinos, añadió Erakat ante la prensa.
Ignorando toda advertencia, Trump reconoció a Jerusalén como la capital de Israel, previo a su discurso dijo que una decisión sobre este tema debería haberse tomado “hace mucho tiempo”.
La decisión incluye planes de trasladar la embajada de EE. UU. de Tel-Aviv a Jerusalen.
La decisión es una manera de Trump para demostrar que cumple con una promesa de campaña. Varios líderes árabes, así como el presidente de Francia expresaron dudas sobre la decisión.
El presidente de EE.UU. afirmó que continúa comprometido a ayudar a facilitar el acuerdo de paz aceptable para ambas partes.
“Tenemos un anuncio importante que hacer (…) y creo que debería haberse hecho hace mucho tiempo”, dijo Trump. “Muchos presidentes dijeron que harían algo y no hicieron nada”, agregó, en alusión a la promesa de varios de sus predecesores de trasladar la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel-Aviv a Jerusalén.
Trump debe romper con décadas de diplomacia estadounidense e internacional y reconocer Jerusalén como capital de Israel.
Un funcionario estadounidense dijo que Trump cumplirá así uno de sus compromisos electorales, con el “reconocimiento de una realidad” histórica y contemporánea.
Retrasar este reconocimiento “no ha contribuido en nada, durante más de dos décadas, a alcanzar la paz”, señaló este responsable bajo condición de anonimato.
El esperado anuncio de Trump ha sido precedido por advertencias de una respuesta violenta en el mundo musulmán.
Los palestinos han estado presionando a líderes regionales para que se opongan a la decisión de Washington y el movimiento islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza, amenazó con una nueva “intifada”.