La grandeza de la Feria Centroamericana de la Independencia de Quetzaltenango, como es su justo nombre, no sólo radica en su éxito comercial, sino que también se debe a la riqueza de los certámenes culturales como los Juegos Florales Hispanoamericanos que datan de 1916 y varios de belleza, como por ejemplo, el de la elección de Señorita Quetzaltenango y la U’mial Tinimit Re Xe’lajuj No’j (Hija del Pueblo), que fue creado en 1934, y que a través de los años ha cambiado su nombre algunas veces.
Quetzaltenango fue erigido como departamento, por medio de un decreto de la Asamblea Constituyente del 16 de septiembre de 1845. Casi cuatro décadas después, las autoridades municipales solicitaron la autorización de la Feria Departamental “La Independencia”, lo cual fue aprobado por un Decreto Gubernativo del presidente general Justo Rufino Barrios el 17 de junio de 1884.
Diversidad
Como sucede con muchas otras tradiciones quetzaltecas, y de cualquier parte del país, existen otras fechas de referencia en las cuales se cuenta la celebración de alguna festividad titular en la Ciudad de Los Altos. Sin embargo, oficialmente se tiene registrada como fecha de la instauración de esta feria el año de 1884. Según la página web de la municipalidad quetzalteca, en estos años se reunieron los miembros del Concejo Municipal de dicha cabecera departamental y “discutieron, entonces, sobre la época más propicia para la celebración”. Al final, según la misma página, se acordó que se celebrara del 14 al 17 de septiembre, a partir de ese año.
Desde ese tiempo, las cosas han variado bastante. En primer lugar, a partir del 9 de julio de 1886, se acordó que la misma se llamaría Feria Centroamericana. Después, por distintas razones, se ha cambiado varias veces el lugar donde se realiza. Así también los Juegos Florales han ido ampliando su ámbito, pues inicialmente eran locales y actualmente tienen carácter Hispanoamericano.
El chicotazo
La lista de transformaciones que ha sufrido esta feria, como cualquier otra del país, es larga y han pasado tantos años que ya pocos las recuerdan o nunca las escucharon. Algunos documentos históricos señalan que el 19 de agosto de 1887, se abrió el primer salón de baile en la feria de septiembre y la primera iluminación del sitio se acordó el 5 de septiembre de 1890.
Así también, según cuenta Juan José Gramajo, director de la Casa de la Cultura de Quetzaltenango, el 17 de septiembre de 1916 se realizaron los primeros Juegos Florales Nacionales en las ramas de poesía, cuento y teatro. La comisión de ese año estuvo integrada por los concejales López, De León, Herrarte, Domínguez y Solórzano. El premio fue de mil pesos y una rosa de oro.
Pero lo que provocó mayor espectación popular entre los quetzaltecos y los visitantes sucedió en 1940, cuando se instaló el primer juego mecánico. Este novedoso aparato se llamaba “El Chicotazo” y fue el mayor atractivo de esa celebración.
Los certámenes de belleza, también son parte de las ferias departamentales y en el caso de Xelajú, la primera vez que se eligió la Reina Quetzalteca de Belleza, fue el 25 de julio de 1951, cuando la “Fraternidad Quetzalteca” presentó la moción al ayuntamiento. Este fue aceptado por las autoridades ediles y ese mismo año fue investida la llamada Flor de la Feria, que después se transformó en Señorita Quetzaltenango.
De un lado a otro
Durante los primeros años, la feria quetzalteca se realizó en lo que hoy es la colonia doctor Roberto Molina y que antiguamente también se conoció como El Hipódromo. Sin embargo, para las personas que no son muy conocedoras de la periferia de Xelajú resulta más fácil saber que a este lugar se ingresa por el conocido monumento a la Marimba, realizado por el escultor Rodolfo Galleoti Torres.
Años después, este evento se trasladó a los campos de Minerva, que es la etapa que los quetzaltecos recuerdan con mayor nostalgia. Para muchos de los jóvenes de ese tiempo, el lugar era conocido simplemente como el “campo de la feria”.
Para los habitantes de la tierra que inspiró a Paco Pérez a escribir Luna de Xelajú, esta tradición finalizó cuando un voraz incendio dejó en ruinas el mercado de la Democracia. Este siniestro obligó a las autoridades a reubicar a los vendedores del referido mercado en estos terrenos. Con esto se terminaron los años románticos de esta centenaria feria de la Independencia.
A partir de 1985, las autoridades ediles construyeron y reacomodaron el Centro de Ferias y Mercadeo de Quetzaltenango, Cefemerq.
Estas nuevas instalaciones están ubicadas a un costado de la Autopista Los Altos, y es un área que fue concedida en usufructo por parte del Ministerio de la Defensa.