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Una ruta ceremonial

El Cerro Papá está en el corazón de la reserva natural de San Marcos La Laguna.

Desde el mirador se observan los pueblos de San Marcos, Santiago y Cerro de Oro. (Foto: Hemeroteca PL)

Desde el mirador se observan los pueblos de San Marcos, Santiago y Cerro de Oro. (Foto: Hemeroteca PL)

Disfrutar de la vida silvestre podría parecer muy difícil en estos días en donde la comodidad y la tecnología se presentan como las principales opciones para el entretenimiento y el placer.

En la búsqueda de este gozo campirano, una de las principales opciones son los senderos que conducen al Cerro Papá, en San Marcos La Laguna, Sololá, los que han sido testigos de generaciones que lo han cruzado y, pacientemente, siguen a la espera de nuevos visitantes.

“Esta es una ruta ancestral, en la que los habitantes de San Marcos La Laguna solían salir muy temprano llevando sus productos para venderlos en Santa Lucía Utatlán o Nahualá”, relata Leonardo Mejía Puzol, coordinador de la oficina de turismo de ese municipio.

Partiendo de San Marcos, el recorrido se lleva a cabo por senderos que atraviesan plantaciones de café y maíz. Durante el viaje, el visitante puede escuchar el ulular de los búhos.

Al pie del cerro se observan las cascadas Xejuyú que nacen entre las piedras y tienen suficiente agua para abastecer a San Pedro y San Marcos.

Allí inicia el ascenso por un sendero de interminables escalones hechos de piedra, recomendado para quienes buscan encontrar un verdadero desafío físico. El recorrido dura unas dos horas y media.

En el camino hay dos miradores que ofrecen una espectacular vista hacia el Lago de Atitlán y varios sitios de descanso para recuperar el aliento.

De fiesta

Mejía también relata que en tiempos menos lejanos, los cofrades acudían a Totonicapán por el mismo camino. De regreso, en la parte más alta, quemaban algunas de la bombas como preámbulo a la fiesta patronal, que se celebra el 25 de abril en honor a San Marcos Evangelista.

Una de las actividades más populares en la celebración era el Baile del Venado, pues la especie cola blanca abundaba en el sector. También cuenta la leyenda que estos eran cazados por grandes y temibles leones, animal que se volvió mítico en el ideario de esta comunidad.

En detalle

  • El parque municipal Cerro Papá cuenta con 207 hectáreas de bosque protegido que conserva una vegetación densa, encinos centenarios, tucanes y quetzales.
  • En el pequeño complejo están a la disposición las casas árbol, que bien podrían albergar a unos cinco excursionistas cada una. Además, tiene dos áreas para fogatas, una para acampar y servicio sanitario.
  • La aventura requiere que el viajero lleve agua pura y busque la leña para la fogata.
  • Recorrer los senderos ancestrales no solo es un desafío, sino una experiencia energizante por la pureza del ambiente y la paz que se respira en el aire fresco de este cerro.

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