El panorama de la capital es tenebroso. Escombros por doquier y cadáveres amontonados en las calles muestran la macabra desolación que se ha instalado en esa ciudad de cerca de dos millones de habitantes.
“Camino por encima de cadáveres. Mucha gente se encuentra debajo de edificios. El hospital general colapsó. Necesitamos apoyo. Necesitamos ayuda. Necesitamos ingenieros”, fue el llamado de la primera dama, Elisabeth Preval, que se salvó al igual que su esposo, el mandatario René Preval, del desplome del palacio presidencial.
Millares de haitianos deambulaban por las calles, a veces entre lágrimas. Otros se afanaban en busca de sus allegados o para ayudar a los heridos.
Se quedan sin palacio
El palacio presidencial se derrumbó, al igual que la catedral, hospitales, hoteles y escuelas.
“El centro de Puerto Príncipe está destruido, es una verdadera catástrofe”, deploró Pierre, un residente cubierto de polvo que apenas podía expresarse, mientras intentaba volver a pie a su casa, a varios kilómetros de donde lo sorprendió la sacudida.
Otros habitantes se vieron forzados a abandonar sus domicilios para dirigirse a patios de recreo o espacios abiertos, cualquier lugar donde no corrieran el riesgo de ser aplastados por el derrumbe de un inmueble.
Cifran miles de muertos
El primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, afirmó a la cadena televisiva estadounidense CNN que temía que el recuento superara los cien mil muertos.
Algunos edificios cayeron como castillos de naipes. Otros todavía están en pie, pero las anchas grietas ilustran la fuerza del temblor de 7 grados en la escala de Richter que también destruyó la sede de la fuerza de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Entre 115 y 200 empleados de la ONU están desaparecidos”, informó ayer Elisabeth Byrs, portavoz de la Oficina de Asuntos Humanitarios.
El terremoto se sintió también en Petionville, 12 km al este de Puerto Príncipe, donde colapsaron numerosos edificios.
Incomunicados
Vehículos de la Policía haitiana, de las Naciones Unidas o de la Cruz Roja intentaban mal que bien trasladar a los heridos, pero las casas destruidas bloquean la circulación.
Pero no es la única dificultad para los socorristas y habitantes: las líneas telefónicas, radios y la televisión resultaron seriamente afectadas y era muy difícil comunicarse con Haití desde el extranjero.
Tienden la mano a Haití
Países, presidentes, personalidades y organismos de todo el mundo anunciaron el envío de asistencia humanitaria a Haití. EE. UU. movilizó una ayuda militar masiva consistente en barcos, helicópteros, aviones de transporte y una unidad de dos mil infantes de Marina, mientras una consternada Latinoamérica se moviliza con ayuda de todo tipo.
El ex presidente estadounidense Bill Clinton exhortó a donaciones de “incluso uno o dos dólares” para paliar la situación en Haití. El Banco Mundial proporcionará US$100 millones en ayuda de urgencia.
Desde Shakira y Alejandro Sanz hasta Oprah Winfrey y Paris Hilton se han unido al reclamo de ayuda inmediata a esa empobrecida nación. El presidente ruso, Dimitri Medvédev, ordenó el envío a Haití de un avión de transporte con un hospital de campaña, alimentos y medicamentos. El magnate estadounidense Ted Turner donará un US$1 millón.
Mientras comienza a fluir la ayuda para Haití, Médicos Sin Fronteras, la Cruz Roja Internacional y personal de países de la misión de la ONU en Haití atienden en las calles de Puerto Príncipe a las víctimas del potente sismo.
El número final de víctimas por el terremoto de 2010 superó los 200 mil y más de un millón damnificadas.