El acceso al municipio se hace por la carretera CA 9 (Ruta al Pacífico) en el kilómetro 37.5. De la entrada se llega al lugar por un camino de unos 5 kilómetros.
San Vicente Pacaya se encuentra en el complejo natural del Volcán de Pacaya, uno de los más activos y visitados del país. Los divide el accidente orográfico denominado Cerro Chino.
Cada mes de enero se celebra la fiesta en honor a San Vicente Mártir. En la iglesia parroquial se venera una imagen de origen español del siglo XIX que cuentan los lugareños fue donada por el mariscal Vicente Cerna.
Feligreses de este municipio presentan en las calles, dramatizaciones teatrales populares con mensajes morales y religiosos, en el marco de la celebración de la feria de su santo patrono el cual es llevado en una carreta.
El carruaje es llevado por las calles del lugar, pero hace paradas temporales en cada uno de los escenarios para que así la presentación de una loa se haga frente a la imagen.
Fernando Urquizú, del Centro de Estudios Folclóricos (Cefol), contó que las loas se desprenden históricamente de los teatros itinerantes, que eran practicados con fines evangelizadores durante la época Medieval. “Fray Bartolomé de las Casas los utilizó para la conquista pacífica de las Verapaces”, recordó.
Urquizú explicó que Fray Bartolomé solía visitar los pueblos para preparar las presentaciones, escribía el guión en idioma local y contrataba a pobladores para hacer las representaciones de los actos sacramentales. “De esa manera saca de las iglesias la enseñanza bíblica”, resaltó. Agregó que las loas empezaron a desaparecer con el avance de la cinematografía y la producción televisiva. En la actualidad solo se practican en Ciudad Vieja, Sacatepéquez y en San Vicente Pacaya.
“No se sabe todavía si el aparecimiento de la Internet beneficiará su conservación o las terminará de diluir”, indicó.
Las loas se llevan a cabo dentro del marco de la feria, que inicia el 15 de enero y concluye el 30 de febrero. Además de la procesión del patrón se realizan eventos de belleza, deportivos, sociales y culturales. Niños, jóvenes y mayores participan en las loas, que son llevadas a cabo sobre escenarios construidos con tablas, al aire libre y en horario nocturno.
Los entablados son colocados en las calles que recorrerá la procesión con la imagen de la Virgen del Rosario y San Vicente. El vestuario de los actores es prestado por la Casa de la Cultura Sanvicentina. Los guiones de las loas tratan sobre motivos religiosos, morales y cómicos, relató Francisco Aguilar, bibliotecario del lugar. En ese sentido se presentan pasajes bíblicos e históricos, como guerras.
Añadió que los guiones han sido escritos y adaptados desde el siglo XIX por vecinos del lugar. El origen de está tradición no figura en la monografía del lugar, pero Francisco Aguilar expuso que se cree que, como el casco urbano del lugar es pequeño, el recorrido de la procesión era bastante corto. “Por ello, la gente cuenta que se pusieron en práctica las loas, para que el rezado durara más”, manifestó.
Las loas empiezan a organizarse en noviembre, cuando la cofradía del lugar envía cartas a varios vecinos para solicitar apoyo para prepararlas. Ha habido ocasiones en que presentan hasta 20 loas. Cada una dura de 20 minutos a media hora, por lo que los feligreses concluyen la procesión hasta el amanecer del otro día.