Parecía una jornada nomal, cuando a las 18.45 horas se dio la alarma de que la casa se estaba quemando.
Los empleados corrieron a traer agua en baldes, bolsas y hasta cajas de cartón para apagar el fuego, el cual consumió varias cajas de papeletas de Los Amates, Izabal; Concepción Las Minas, Chiquimula, y Escuintla.
Cuando llegaron los bomberos, el fuego ya había sido extinguido.
Un contingente de policías judiciales, comandados por José María Moreira Márquez, se presentó al lugar para abrir investigación.
Al interrogar a los agentes que custodiaban el lugar, éstos dijeron que no habían visto a nadie sospechosos merodeando.
Después llegaron el juez segundo del ramo criminal, Apolo Eduardo Mazariegos, y su secretario, Juan de Dios Reyes, y otros empleados del tribunal.
El presidente del Consejo, Eduardo Sánchez Fernández, dijo que desconocía las causas y el autor material del incendio.
“Lo real, dijo Sánchez Fernández, es que en este edificio había muchas personas de los diferentes partidos”.
Ese día se puso a la vista del juez un recipiente de caucho con varios retazos de seda empapados en gasolina, que había sido lanzado sobre las cajas que contenían las papeletas.
Según la nota, la diligencia finalizó cuando el juez pidió a los agentes judiciales que le proporcionaran una lista de los guardias asignados a la custodia de la casa.
No afecta
Sánchez Fernández dijo a los periodistas que ignoraba quién había burlado la vigilancia.
Agregó que la quema de las papeletas en nada adulteraba los resultados, porque éstas ya habían sido contabilizadas.
Es de recordar que en las elecciones presidenciales del 6 de marzo de 1966 ninguno de los candidatos logró más del 50% de los votos. Por ello, se realizó una votación en el Congreso el 10 de mayo de 1966 en la cual fue elegido Julio César Méndez Montenegro como presidente de la República.