Los productores ofrecen, atraen, captan la atención de la gente común, y la gente común y corriente busca, empujada por el deseo, la necesidad o simplemente la vanidad.
Se le llama “concurrencia de mercado”, a lo que en términos mundanos es la avalancha de personas buscando ofertas en supermercados, puntos de venta o por medio de Internet.
Esta teoría es la conjunción de dos leyes económicas:
La ley de la oferta, que indica que la oferta se relaciona con el precio; cuanto más alto sea el precio del producto, más unidades se ofrecerán a la venta.
La ley de la demanda, inversamente proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio, menos demandarán los consumidores, a menos que se considere un bien escaso, especial, raro o de colección.
La oferta y la demanda hacen variar el precio de un bien. Si el precio de un bien está demasiado bajo y los consumidores demandan más de lo que los productores pueden vender, se produce escasez, y por tanto los consumidores estarán dispuestos a pagar más.
Los productores subirán los precios hasta que se alcance el nivel al cual los consumidores no estén dispuestos a comprar más si sigue subiendo el precio.
Este punto es difícil de conseguir, porque, o las personas “se sacrifican” para no comprar, o compran y luego revenden, con tal de “sacarle algún provecho a una compra cara.
En la situación inversa, si el precio de un bien es demasiado alto y los consumidores no están dispuestos a pagarlo, la tendencia será a que baje el precio, hasta que se llegue al nivel al cual los consumidores acepten el precio y se pueda vender todo lo que se produce.
El modelo de la oferta y la demanda es, de todas las teorías económicas, quizá la que más cercana esté a la población de un país, a la gente común.
Tiene factores psicológicos y filosóficos difíciles de contrarrestar, y una lógica asombrosa. ¿Quién no ha dejado de comprar algún artículo porque le parece demasiado caro? ¿Quién no ha comprado por la moda o empujado por la novedad de “tenerlo primero que otros”? ¿Y quién no se abalanzó sobre un producto en liquidación porque le pareció demasiado barato?
Feliz día de ofertas. Sea lógico al comprar, filosófico al consumir y psicológico al decidir. Difícil… ¿acaso no?