En ese lugar se encuentra la tumba real más antigua del imperio maya. Fue un importante centro económico, lo cual se reflejó en su arquitectura íntimamente relacionada con la observación astronómica.
Su nombre significa “piedra parada” en k’iche’, se deriva del adjetivo tak’alik (parada) y el sustantivo abaj (piedra).
La buena conservación de la ciudad se debe de una ocupación humana bastante prolongada. Se calcula que empezó a surgir como centro urbano en el período Preclásico Medio (800 a.C) y duró hasta el Clásico Tardío, es decir del 800 a.C al 900 d.C., aunque algunas evidencias denotan actividad hasta el año 1400.
Su desocupación aún sigue siendo un misterio para los investigadores, pero algunos aseguran que la majestuosa ciudad fue conquistada a principios del período Posclásico Temprano —año 1000—, por los k’iche’s.
Grandes astrónomos
La historia de Takalik Abaj puede considerarse como la historia de las observaciones astronómicas, debido a que sus habitantes dedicaron siglos a tratar de explicar la concepción del tiempo y el mundo, basados en estudios de constelaciones como la Osa Mayor y Draco.
La dedicacio?n al estudio del cielo nocturno les permitio? replicar en el suelo todo lo que descubrieron con el paso del tiempo; tambie?n lo plasmaron en estelas. Es por ello que muchas de las formas son zoomorfas y hacen alusio?n a serpientes, bu?hos y cocodrilos.
El trazo principal de Takalik Abaj, conocido como la “li?nea olmeca”, se encuentra basado en la observacio?n de varias constelaciones. A partir del precla?sico tardi?o e inicios del cla?sico temprano toman como referencia al sol e inician los estudios sobre el tiempo, ya que esta estrella es menos fluctuante que las constelaciones.