Estrada Cabrera en complicidad con los organismos de Estado logra reelegirse en cuatro ocasiones en algunas con cifras ridículas que sobrepasaban el padrón electoral de la época. Su extravagante forma de gobernar con el culto a su personalidad personificado en la diosa Minerva y la persecución a muerte de opositores hacen desgastar su régimen. Estrada Cabrera sufrió seis atentados los cuales no consiguieron su cometido de retirarlo del poder.
Los terremotos de 1917-18 transforman el descontento en forma caótica y da lugar a la formación del Partido Unionista en 1919 por el arzobispo José Piñol y Batres y Manuel Cobos Batres. En torno a la oposición surgen otros grupos como la Liga Obrera quienes salen a las calles a manifestar en contra del dictador, el 11 de marzo de 1920 se da la mayor manifestación de la época exigiendo su renuncia, esta protesta fue reprimida por las fuerzas de seguridad con violencia lo cual aumentó el descontento hasta llegar a la llamada “semana trágica” del 8 al 15 de abril de 1920 en la que se producen enfrentamientos armados entre los opositores y el ejército.
Estrada Cabrera se resistía a renunciar atrincherado en su residencia de La Palma (hoy zona 5) pero el 15 de abril de 1920 la Asamblea Nacional lo declara mentalmente incapaz para seguir gobernando y emite una orden de captura la cual se hace efectiva ese mismo día. Tres años duró el dictador en la cárcel hasta su muerte en 1923. Los subsiguientes intentos por tomar el poder se dieron por golpes de Estado.
Medida inconstitucional
El presidente Jorge Serrano Elías emite el 25 de mayo de 1993 un decreto en el cual disolvía los tres poderes del Estado, la Corte de Constitucionalidad y suspendiendo la vigencia de varios artículos de la Constitución poniendo al país en un impasse legal.
Ese mismo día la Corte de Constitucionalidad acuerpada de todos los sectores del país declara nulo el decreto del presidente Serrano y exige el restablecimiento de las instituciones y de la Constitución. Sin embargo Serrano en su afán de poder continuó decretando medidas que atentaban contra la legalidad y la libertad de expresión. Nombró nuevas autoridades en los Organismos Judicial y Legislativo a quienes intentó persuadir para respaldar sus acciones.
Una semana duraron las medidas de Serrano ante el descontento popular manifestado en protestas, la presión internacional y la unión de la prensa ante la censura. El 31 de mayo de 1993 la Corte de Constitucionalidad resolvió que ante la inobservancia del presidente Serrano y su desobediencia por romper el orden constitucionalidad, solicitar auxilio a los ministros de Defensa y Gobernación para retornar la institucionalidad y la democracia al país.
Al día siguiente 1 de junio el presidente Serrano abandona el cargo ante la negativa de aceptar la resolución de la CC. A la fecha el expresidente golpista sigue sin enfrentar a la justicia permaneciendo impunemente en Panamá.