El líder guerrillero expresó el deseo de este frente unitario de terminar el conflicto armado interno, la disponibilidad de continuar las conversaciones de paz y que ésta fuese firme y con contenido social. No bastaba la firma de un documento. En otras ocasiones dirigentes del mismo grupo habían reafirmado la voluntad de culminar de forma exitosa el proceso de paz justa y democrática, dijo entonces Oliverio.
En el mitin, amenazó con incrementar la lucha armada si el gobierno no hacía propias las plataformas de lucha del pueblo de Guatemala.
Fragmentos del discurso del mitin:
“Tenemos un nuevo presidente y estamos claros que este proceso electoral, esta segunda vuelta, fue transparente, legítima, verdadera; por eso le decimos al señor Álvaro Arzú que estamos en toda la disponibilidad, en toda la buena voluntad de seguir con las conversaciones de paz. Pero una paz con apellido, con justicia social; una paz con contenido social, no simple y sencillamente la firma de un documento. No queremos eso, por eso le decimos que estamos a la expectativa, tenemos toda la voluntad política de conversar con él.”
“De ahí, es donde a ustedes también les corresponde exigir que la verdadera paz llegue a Guatemala”
“O el Gobierno se plega a los intereses de los ricos, de ese sector pequeño, poderoso, del Ejército y los ricos, o hace suyas las plataformas de lucha del pueblo de Guatemala. Estamos en la buena política de seguir, pero si, por el contrario, el Gobierno lo que hace es maniobrar, dilatar y entorpecer las actuales negociaciones, estamos también en la disponibilidad de seguir con la lucha, de profundizarla y de llevarla a los niveles más altos.”
“Queremos detener la guerra, pero con una paz firme y con contenido, que lo sepa el señor Arzú, que lo sepa la oligarquía, que lo sepa el Ejército; estamos en la voluntad combativa de seguir la guerra, si es necesario y si las condiciones y las situaciones que dieron origen a la guerra no se terminan, porque la garantía del movimiento revolucionario son sus armas y no las dejaremos.”
Postura
Tras haber asumido la presidencia en 1996, Álvaro Arzú Irigoyen, en su discurso de toma de posesión, invitó a la guerrilla a suscribir, a la mayor brevedad, el acuerdo de paz, agilizando el proceso de negociación. Arzú expuso que a finales de enero o principios de febrero de ese año, la Comisión de la Paz y la URNG entablarían una reunión, la cual sería el primer acercamiento directo entre autoridades entrantes y el grupo subversivo; dicha reunión se efectuó el 22 de febrero de 1996, días despues de haber sido nombrado el Comisionado de la Paz.
El entonces director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, Ronalth Ochaeta, indicó que esperaban que el proceso de negociaciones pudiera concluirse, para comenzar la tan ansiada pacificación y reconciliación del país. Manifestó: “Hemos valorado que Arzú llame a la URNG a formar la paz y esperamos que la guerrilla acepte esta invitación del presidente, la cual es vista con muy buenos ojos por parte de la ODHA”.
Finalmente, los Acuerdos de paz entre el Gobierno y la guerrilla fueron firmados el 29 de diciembre de ese año.
