Sesenta y dos años después el tema de la creación de patronatos vuelve a cobrar actualidad. Aunque fueron creados para beneficiar a los pacientes, supuestamente desaparecieron por anomalías en su funcionamiento.
El nuevo reglamento apuntó en 1952 a la elevación de la calidad profesional y humana de los médicos y el personal del Hospital General San Juan de Dios. Parte de los cambios fue el nombramiento de Julio Roberto Herrera como director interino de la institución.
El MSPASS anunció, también que entre los aspectos contemplados por el nuevo reglamento se incluía la reorganización del personal y la creación de normas específicas para cada unidad del nosocomio.
Uno de los datos interesantes de la nota es que había “casi un empleado por enfermo”.
El patronato
Entre los aspectos que contemplaba el nuevo reglamento del San Juan Dios estaba la creación del patronato. Entre su estructura figuraba “la participación de dos damas interesadas en problemas asistenciales, médicos que no trabajen en el hospital, médicos con plaza en la institución, un representante de la APG, etc”.
El patronato surgió, entonces, como una instancia de verificación de la calidad de los servicios, y también como un ente auditor. Su espíritu, además, fue velar porque no faltara ningún insumo.
Herrera asumió en forma interina en aquella ocasión en tanto Salud nombraba al sustituto oficial del director saliente Guillermo Batz.
Recurso humano
En la nota también se incluyeron datos importantes, como la cantidad de empleados del Hospital. En 1952 había “107 médicos, 84 practicantes, 50 empleados de oficina, 30 Hermanas de la Caridad, 2 farmacéuticos, 72 enfermeras graduadas, y más o menos 925 empleados, entre laborantes, enfermeros, choferes, lavanderas, tortilleras, sirvientas, cocineras, ayudantes de cocina, porteros, etc”.
En total, había 1,090 empleados, para un promedio de 1,200 a 1,300 pacientes con estancia diaria.
Se desvirtúan
A raíz de la crisis hospitalaria que vive el país en el 2015, es necesario recordar el papel polémico de los patronatos de los hospitales públicos, concretamente del Roosevelt y el San Juan de Dios.
En una publicada el 17 de noviembre de 2015, los médicos del San Juan de Dios sugieron la implementación de los patronatos y fundaciones para captar fondos y brindar servicios.
Adrián Chávez, del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, opinó que los patronatos pueden ser armas de doble filo. Al respecto, indicó que cuando funcionaban en los hospitales “llegó un momento en que tenían mayor fuerza que la estructura hospitalaria”.
Además, dijo que los hospitales deben tener cuidado en pedir este tipo de cuestiones, debido a que podría ser una solución paliativa pero encarnaría un retroceso.
Permitir la entrada en vigencia de los patronatos podría permitir la anarquía en los hospitales y le quitaría al Estado la obligación y potestad de resolver los problemas de salud de la población, advirtió.
Caso histórico
En la década de 1990, los patronatos pasaron de ser instancias de apoyo, ayuda social y verificación de calidad de servicios a casi administradores de los hospitales. En mayo de 1995, los médicos Carlos González Quezada y Mario Montepeque interpusieron en la Corte de Constitucionalidad una acción de incostitucionalidad contra el Decreto 8-95, que autorizaba a los patronatos la administración de 38 hospitales nacionales y mil centros y puestos de Salud.
González Quezada argumentó en aquella oportunidad que el mencionado decreto trasladaba a los patronatos funciones, atributos y responsabilidades que le competían al Presidente de la República y al ministro de Salud Pública.
Quezada agregó que el Gobierno autorizaba a los patronatos cobrar por los servicios hospitalarios. Esto, dijo, unido a la crisis que afronta el país y el encarecimiento de las medicinas, afectaría a pacientes que no tienen capacidad de pago.
“La actitud presidencial y del Minsterio de Salud constituye el inicio de un proceso de privatización, que impulsa el Gobierno”, aseguró.
Montepeque dijo que entre las inconstitucionalidades planteadas se encuentra la facultad de los patronatos de contratar, transferir, remunerar y remover personal de los hospitales.
Versión presidencial
Ramiro de Léon Carpio, entonces presidente del país, salió en defensa de los patronatos. “Las impugnaciones son parte del juego democrático,pero pueden causar un daño a la población, como en el caso de la presentada al acuerdo de creación de los patronatos”, dijo.
De León Carpio indicó que González y Montepeque generalizaban el caso de los patronatos, y que había varios que sí funcionaban con alto rendimiento, “como los del Roosevelt”. Además, se refirió a los patronatos que controlaban las áreas de Emergencia y de Cirugía Cardiovascular. En la segunda unidad mencionada médicos extranjeros habían efectuado varias operaciones a corazón abierto, pero no por medio de gestiones gubernamentales.
Según De León Carpio, los patronatos lograban mejor eficiencia en los servicios que cuando los hospitales eran administrados por el Estado, y afirmó que seguramente habían intereses y malos entendidos.
Anomalías en el Rooservelt
El sábado 22 de junio de 2002, el entonces Contralor General de Cuentas de la Nación, Marco Tulio Abadío, informó que enviaría dos auditores para que investigaran denuncias de anomalías y cobros ilegales en el patronato del Hospital Roosevelt.
El funcionario reveló que había recibido denuncias acompañadas de facturas y documentos en los que se sindicaba al patronato de efectuar cobros ilegales.
En ese sentido, dijo que el lunes 24 dos de sus mejores auditores trabajarían permanentemente en ese centro hospitalario. Señaló que si el patronato recibe dinero del Ministerio de Salud, debería ser fiscalizado.
Por su parte, el entonces director del Hospital Roosevelt, Elías Joel Zambrano, indicó que tiene conocimiento de que el patronato percibe ganancias por Q23 millones anuales más Q4 millones del Ministerio de Salud. “Por medio del patronato el hospital paga personal médico, de oficina y distintos servicios, ya que el presupuesto es insuficiente ante el incremento diario de la demanda de pacientes”, añadió.
Desorden
El ministro de Salud, Mario Bolaños, aseveró que “la Ley de Patronatos, tal y como está constituida, favorece el desorden y la corrupción”.
Informó que el Ministerio de Salud no tiene ingreso a las auditorías, pese a que el patronato maneja cantidades millonarias. En ese sentido, afirmó que presentó al Organismo Ejecutivo una nueva ley en la que el ministerio
es órgano regulador, rector y fiscalizador de los patronatos.
Pacientes molestos
Ángela de la Cruz Herrera, una de las pacientes del Roosevelt, señaló en aquella oportunidad que “es injusto que cobren en un hospital público en vez de ayudar a los enfermos”.
Comentó que deberían pagar Q1 mil para que le colocaran un aparato a su madre, quien padecía de los riñones, en el denominado “hospital de día” que funciona en el Hospital Roosevelt y que estaba a cargo del patronato.
Ese año también se quejaron los taxistas, quienes dijeron que tenían que pagar hasta Q100 mensuales al patronato por ingresar pacientes al referido hospital.
Patronato se defiende
La presidenta del patronato del Roosevelt, Anabella de Sandoval, indicó también el 22 de junio de 2002 que los mismos señalamientos habían sido hechos por el contralor Abadío en febrero último, pero que habían sido aclarados.
Puntualizó que el patronato hacía “donativos voluntarios para cubrir los gastos de los pacientes que no podían pagar. No son cobros”.
“Los convenios hechos con el Ministerio de Salud establecen que los Q4 millones que nos otorga anualmente sean invertidos en obras que decida el director del Hospital Roosevelt. La mayoría es para compra de equipo”, externó.
Agregó que el patronato era respetuoso de los jefes de departamento y el director del hospital. Él es quien decide en qué se utilizan los fondos, puntualizó.
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Sistema hospitalaria vive la peor crisis de su historia (Video: tomado de Youtube)