El paro, que concluyó a las 12.30 horas, fue aprobado en asamblea general extraordinaria celebrada por el Cacif, tras haber analizado la situación creada por el gobierno, “que no quiso escuchar razonamientos lógicos y planteamientos técnicos” según dijeron directivos del citado comité.
El comercio de toda la costa sur del país comenzó a cerrar sus puertas desde el mediodía anterior, y se sumó al paro según lo acordado por la Cámara de Comercio de Guatemala (CCG). Las filiales de Escuintla, Mazatenango, Quetzaltenango, Retalhuleu y Totonicapán cerraron a la hora indicada, actitud a la que se sumaron los expendios de gasolina, mercados, abarroterías y transporte.
La dirigencia de la CCG decretó el paro “para exigir al gobierno que, oyendo el clamor de todo el pueblo, retire los proyectos de leyes fiscales actualmente en el Congreso”.
Al paro nacional se sumó la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), cuyos dirigentes aseguraron de que el gobierno se rehusó a dialogar, imponiendo el paquete tributario. El industrial Guillermo González, secretario de la CIG, afirmó: “Los ciudadanos tienen el derecho constitucional de defender sus intereses, en el momento que éstos se encuentren seriamente amenazados, como ahora”. La CIG responsabilizó a Cerezo y a su ministro de Finanzas Públicas, Rodolfo Paiz Andrade, de los resultados de las medidas de hecho que se adoptaran para evitar la aprobación del proyecto de Reforma Tributaria.
Postura gubernamental
Cerezo indicó que “los miembros del Cacif están perdiendo la paciencia y cometen un error porque deben respetar los procedimientos legales. Nosotros vemos con tranquilidad ese movimiento y pedimos al pueblo que no sea impaciente, porque vamos a mantener normal la situación”.
El Gobierno está dispuesto al diálogo para evitar problemas, afirmó Cerezo. En relación con una posible paralización de los servicios públicos, el presidente dijo que los concesionarios están obligados a no interrumpir ese tipo de actividades. Finalmente insinuó que el Gobierno podría actuar en contra de los que violen las leyes con motivo del paro.
Por su parte, el vocero oficial de la Policía Nacional, comisario Carlos Antonio Escoto, informó que la Policía no permitiría que se produzcan actos reñidos con la ley. Agregó que la policía es respetuosa del derecho de manifestar que la Constitución otorga a los guatemaltecos, pero que el mismo derecho no significa que se permita el bandolerismo y el daño a la propiedad privada.
Apoyo de la Iglesia
Monseñor Próspero Penados del Barrio, arzobispo de Guatemala en ese entonces, afirmó que la Iglesia estaba en favor de la moratoria de impuestos solicitada por el sector privado y de los paros progresivos, y que el gobierno había sorprendido a la Iglesia con la lectura del documento de la Conferencia Episcopal sobre la reforma tributaria.
Según Penados, Arnoldo Daetz Caal, subsecretario de Relaciones Públicas de la Presidencia, había invitado a monseñor Efraín Hernández a un foro para que leyera el documento eclesiástico, pero le dijo “que no se sepa que es de parte del gobierno”.
Un éxito
Juan Luis Bosch, directivo del Cacif, calificó como un éxito el primer paro nacional, realizado por el sector privado en la capital y losdepartamentos. “Estamos muy satisfechos por la respuesta de los diversos sectores que apoyaron nuestro llamado para manifestar y protestar por esta medida fiscal del gobierno de la República la cual traerá fatales consecuencias para los guatemaltecos”, indicó Bosch.
Locatarios de los 21 mercados de la capital acuerparon el paro, y no abrieron sus locales en apoyo a la manifestación de protesta en contra de la reforma tributaria. Desde temprana hora, varias amas de casa que decidieron realizar las compras del día se encontraron con las puertas cerradas de todos los mercados capitalinos. Inútilmente, algunas de ellas esperaron por varios minutos, esperanzadas en que abrieran y así poder adquirir los comestibles necesarios para el almuerzo.
Las directivas de la Asociación de inquilinos de los mercados manifestaron que la decisión había sido no atender durante todo el día. Fueron claras en señalar que su acción no significaba apoyo a ningún partido político ni a ninguna clase de líder, sino que era únicamente una decisión tomada por ellos, pues se sienten afectados por la reforma fiscal.
Manifestación
El 11 de septiembre de 1987 se efectuó una manifestación organizada por el denominado “Comité Cívico Nacional” presidido por Jorge Serrano Elías y Jorge Carpio Nicolle, y que aglutinaba a siete partidos políticos de la oposición. La marcha inició a las 11 horas en la Plazuela Barrios con dirección al Parque Central.
Cuando la manifestación cruzó la Sexta Avenida rumbo al norte de la ciudad, se mezclaron entre los manifestantes centenares de muchachos vestidos de manera extravagante y rompieron algunas pancartas de manta para hacerse de los palos que las sostenían. Al principio, la manifestación fue ordenada, pero al llegar a la 11 calle, las “maras” comenzaron a actuar: rompieron las luces de los semáforos, vidrios y rótulos de almacenes.
Los organizadores de las manifestaciones comenzaron a llamar al orden a los muchachos, pero éstos no hicieron caso y continuaron con sus desmanes. Algunos manifestantes intentaron calmar a los bochincheros sin éxito. Luego apareció un contingente antidisturbios de la Policía Nacional. En la confusión, los organizadores pensaron que el pelotón intentaba detener la marcha y se armó un zafarrancho que no trascendió a más. Al llegar a la Plaza Central los políticos dirigieron discursos a la multitud en rechazo a las reformas tributarias, mientras en otras calles los mareros saqueaban negocios. La Policía capturó a 200 bochincheros.
Serrano acusó al gobierno de Cerezo de haber incitado a los mareros a que opacaran la manifestación en contra de los impuestos. Las “maras Cabrera” -en referencia a Alfonso Cabrera, dirigente del partido Democracia Cristiana- se infiltraron en la manifestación en la 8ª. Calle para enfrentar a los participantes, pero lo hicieron con garrotes para destruir la propiedad privada y eso obligó a intervenir a la Policía, indicó Serrano Elías.
Paquete tributario
A pesar de la oposición de las cámaras empresariales y los partidos de oposición fueron aprobadas las siguientes leyes: nueva Ley del Impuesto sobre la Renta (59-1987); modificaciones a la Ley del Impuesto al Valor Agregado (60-1987); papel sellado y timbres fiscales (61-1987); Impuesto Único sobre Inmuebles (62-1987); Reformas a la Ley de Fomento Avícola (63-1987); e Impuesto sobre Circulación de Vehículos (64-1987).