Huelgas e inundaciones
La catástrofe meteorológica en Francia se produce en un tenso ambiente social y político, con huelgas en varios sectores, en particular en los transportes públicos por tercer día consecutivo.
Mohamed Amine, un turista italo-marroquí venido de Venecia, asistía divertido este viernes, desde un puente, a la subida de las aguas del Sena.
“Estoy acostumbrado a tener el agua hasta las rodillas durante el Aqua Alta” , cuando se producen las mareas altas en Venecia. “Pero la gente de París no está acostumbrada a ello” , dice a la AFP .
Ratas empapadas
En la orilla del río, las aguas han acarreado cubos de basura y piezas de madera. Cerca del puerto de los Campos Elíseos, una gran rata empapada se refugia entre la basura. Un poco más lejos, una pasarela temporal ha sido construida urgentemente para permitir el acceso a las típicas embarcaciones que surcan el Sena, los “bateaux mouches” .
Desde ahí pueden verse algunos coches sumergidos en las vías rápidas que bordean el río, atrapados por la rápida subida de las aguas. En la isla Saint-Louis, el parque de Vert Galan ha sido completamente tragado por las aguas.
Todo ello ocurre en la capital mientras varias localidades del centro de Francia padecen las peores inundaciones en un siglo, con más de 5.000 personas evacuadas desde el pasado fin de semana y unas 19.000 viviendas sin electricidad.
Además del cierre del Louvre –ubicado en la orilla derecha, a tiro de piedra del río — las autoridades también decidieron por las mismas razones el cierre del museo de Orsay, situado en la otra orilla del Sena.
Estado de catástrofe natural
En la estación de metro Saint-Michel, en pleno Barrio Latino, los pasajeros ya no pueden tomar la línea que va hacia el norte –al otro lado del Sena — , debido a las infiltraciones en los muros de la ahora empapada estación.
En la misma zona de la capital, el tráfico del RER C –un tren regional que llega a París, y circula bordeando el río — ha quedado suspendido.
En el puente del Alma, la estatua de un guerrero zuavo que sirve de referencia a los parisinos para medir las crecidas del río, tenía este viernes el agua más arriba de las rodillas. “Ayer apenas le llegaba a los tobillos” , constata un paseante, Laurent Cheronnet, que toma fotos en medio de varios turistas, bajo el cielo plomizo de París.
En fin, el presidente francés, Franois Hollande, anunció que el estado de “catástrofe natural” sería declarado en la zona cuando el gobierno se reúna el próximo miércoles.