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Noche de paz, un canto bicentenario

El villancico, que desde principios del siglo XVIII se canta en miles de templos cristianos en todo el planeta, se ha convertido en símbolo del anhelo de un mundo mejor.

Las notas de “Noche de paz, noche de amor…”, que en estos días se escucharán miles de veces en todo el mundo, emana armonía, y a lo largo de su historia se ha interpretado a menudo en defensa de pobres y miserables, pero también ha experimentado intentos de abuso por los poderosos.

El origen de la canción es la escasez de medios, como la que también caracterizó al Niño en el pesebre. Allá, en el año 1816 o 1818 (hay disputa sobre la fecha entre los expertos), en un pueblito de Salzburgo, Austria, el sacerdote Joseph Mohr comprobó que el órgano de la iglesia en la localidad de Oberndorf estaba corroído por los ratones y roto, y no había dinero para arreglarlo.

Mohr escribió una letra y le pidió al músico del pueblo, Franz Xavier Gruber, amigo suyo, que compusiera la melodía, y los dos interpretaron la nueva canción en la Misa del Gallo, acompañados tan sólo de una guitarra y un coro modesto de campesinos.

Canción universal

La letra ha sido traducida a casi 300 idiomas, y “Noche de paz” se ha convertido en “Po fanau, po manu”, en Samoa, o “Yutdlime kimsugtut”, para los esquimales, pero une a todos en el ansia de paz, y es un momento de recogimiento y esperanza en el ruido de la vida cotidiana.

Así ocurrió en 1914, durante las primeras Navidades de la I Guerra Mundial, cuando la interpretaron juntos los soldados británicos y alemanes en el frente, y se convirtió en señal de su deseo de paz.

Para las capas marginadas del proletariado europeo de principios del siglo, “Noche de Paz” era una canción burguesa que pretendía camuflar la miseria y las tensiones sociales reinantes, por lo que hicieron intentos de cambiarle la letra y destacar que para el pueblo era una noche de frío, hambre y penurias.

El régimen austro-fascista de Kurt Schuschnigg, en 1937, la usó en sus estrategias para fortalecer el espíritu nacional austríaco, con el fin de evitar que el nacionalsocialismo alemán conquistara a la población de la pequeña república alpina, con problemas de identidad tras la pérdida de la mayor parte de su territorio en la primera gran guerra.

Pero en 1938 Austria fue anexada, y los nazis cambiaron inmediatamente el texto de la canción. Le quitaron todo vestigio de contenido cristiano, para darle un tono de exaltación patriótica.

Resiste los cambios

Sin embargo, la canción resistió a todas las manipulaciones, pues en el invierno de 1942 el Ministerio de Propaganda del Tercer Reich recurrió a la versión original, para levantar los ánimos de los soldados, y en Nochebuena la transmitió por radio a todos los frentes.

Los japoneses cristianos la cantaron en la catedral de Nagasaki, después del estallido de la bomba atómica, en agosto de 1945.

Algunos destacan la ausencia completa de la figura de la Virgen, en una canción que se entona para recordar el nacimiento de Jesús, y opinan que esta circunstancia puede haber facilitado el éxito inicial, porque el villancico se expandió a la Alemania protestante.

La madre de Mohr era soltera, y adjudicó la paternidad de su hijo a un desertor, mientras que su padrino fue el verdugo local. Cuando el sacerdote falleció de pulmonía, el 4 de diciembre de 1848, no poseía nada, además de una sotana remendada y unas camisas de material rústico.

Hoy se sabe que poco antes de componer la canción Mohr, quien nunca llegó a conocer a su padre, después de unos años de búsqueda halló a su abuelo paterno, y algunos conjeturan que eso pudo haber influido en él, pues en “Noche de Paz” sólo se habla del amor paternal.

Los intérpretes famosos que grabaron sus voces con esta canción son numerosos; desde Plácido Domingo hasta Mahalia Jackson y Enya, pasando por Elvis Presley y los Niños Cantores de Viena. 

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