También poseía varias habilidades. Le gustaba la gimnasia, era un gran bailarín, malabarista, torero, cantante, boxeador y cómico, Por encima de todo, un gran pantomimo de gracia natural, lo cual le dio tanta fama y fortuna.
Mario Moreno nace el el 12 de agosto de 1911 en el populoso barrio de Santa María la Redonda, en la capital mexicana. Su padre era empleado de correos.
Desde niño, y antes de ser Cantinflas, hablaba hasta por los codos. Y siguió hablando, excepto cuando estaba rodando alguna películas en el set. Luego observaba a los demás, y se mantenía muy callado.
En esos años le gustaba el drama. No se le caían todavía los pantalones, que luego habrían de contribuir grandemente a motivar la risa del público y a que se le llenaran de plata los bolsillos.
“Yo no he tenido eso que le dicen vocación”, confesó en aquella ocasión. Durante aquella entrevista dijo lo siguiente: “Lo que yo he tenido es necesidad, que es cosa muy distinta”.
Desde su niñez, cuando asistía a la escuela, era travieso. Según él era el “Daniel el travieso” de los libros de historietas.
Su padre lo hizo ingresar en la Escuela de Agrónomos de Chapingo, la cual está ubicada en Texcoco, México. Afirmó que en ese lugar no echaría raíces, pues su anhelo era ser actor en carpas o el cine de la época.
Además, según decía, era una persona difícil de detener.
Mario Moreno dijo que nunca tuvo dificultades serias en casa, pues aparte de sus padres, tenía siete hermanos más. “Yo no sé cómo realmente empezó la cosa, pero un día me vi convertido en pugilista”, dijo. Aunque su camino estaba trazado para actuar en “carpa”.
La “carpa” era una especie de circo improvisado, construido con lonas. Cantinflas actuaba en el espectáculo de última clase.
Por sus actuaciones, sería uno de los artistas cómicos más famosos del mundo, y se recordaba que su carrera había empezado cantando tangos argentinos. A los 20 años se dejó crecer el bigotito ralo.
Mario Moreno adoptó el nombre artístico de “Cantinflas” y no sabía explicar por qué. Según él, le quedó como un traje hecho a la medida. De su nombre surgió el verbo ”cantinflear”, el cual consiste en hablar mucho y no decir nada.
Sus comienzos en el cine fueron en cortos como “Cantinflas as de los toreros”, “Cantinflas y su prima”, “Cantinflas boxeador” y “Cantinflas Jengibre contra Dinamita”.
En estas películas plasmó en minutos el personaje del bigote ralo, en camisa, con los pantalones que parecía que se le iban a caer.
Mario creó su tipo como lo había creado antes el comediante norteamericano Charles Chaplin, y también representaba a la clase pobre de la época.
El éxito de sus películas fue por obra del productor mexicano Miguel Contreras Torres, quien le pidió hacer el papel principal de una película titulada “No te engañes corazón”. A ésta siguieron otras como “Así es mi tierra”, “El circo”, “Romeo y Julieta”, y luego forma su propia compañía de películas y se propone triunfar en el cine norteamericano; primero, con “La vuelta al mundo en 80 días” y más recientemente con “Pepe”.?
Qué persona es Cantinflas
No estaba diciendo chistes siempre ni se estaba riendo siempre. Sus dos grandes características no pudieron ser más opuestas: era un gran hombre de negocios y un gran filántropo.
Cantinflas no trabajaba en una película si antes no le anticipaban un millón de pesos. En el rodaje de la película “La vuelta al mundo en 80 días” cobró US$300 mil por su actuación. Luego, puso parte del dinero en el filme “Pepe”.
Mario Moreno en esa época era propietario de varios edificios en México y tenía capital invertido en diversas empresas. Se decía que su ingreso promedio mensual era de cerca de US$1 un millón.
Se vuelve una persona altruista, debido a su afán de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, por lo cual daba dinero a montones a instituciones de caridad, aunque nunca llevó cuentas de caridad.
Durante su relato Mario Moreno dijo: “Sé lo que es ser pobre, muy pobre”. Al pobre hay que socorrerle sin ofenderle y sin que nadie se entere de cuanto se le ayuda”.
En la entrevista le preguntaron: ¿Qué piensa hacer cuando sus películas no den dinero? a lo cual contestó: “Seguiré siendo propietario y viviré de mis rentas. Tengo ocho casas.
Cantinflas estaba casado, pero era tan reservado en su vida personal que nunca se le vio con la esposa.
Se casó cuando trabajaba en las “carpas” con la bailarina Valentina Zubaroff, hija de uno de los propietarios.
En la suntuosa residencia que poseía en la ciudad de México contaba con un salón para jugar a los bolos, una barbería, un salón de belleza y un teatro de sesenta asientos.
El entrevistador le preguntó ese día: “¿Qué encuentra usted más difícil, torear o hacer películas”, a lo cual respondió: “Es mucho más difícil hacer reír a la gente que torear… lo sabrá Cantinflas que tiene tanta experiencia”.
Tenía más de un centenar de trajes y pocas corbatas.
“No me gustan las corbatas. Yo solo las uso para ocasiones formales”, concluyó.