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Kaminaljuyú: <em>el cerro de los muertos</em>

El 14 de agosto de 1956, durante una excavación en Kaminal Juyú, antropólogos del Instituto  Carnegie de EE. UU. descubrieron un esqueleto de más de dos mil años; dijeron que probablemente era el de un  esclavo

Portada del 21/8/1956 daba a conocer sobre un crimen milenario luego de haberse hallado un esqueleto maya. (Foto: Hemeroteca PL)

Portada del 21/8/1956 daba a conocer sobre un crimen milenario luego de haberse hallado un esqueleto maya. (Foto: Hemeroteca PL)

El hallazgo se realizó durante en el montículo D-IV-2 de la  lotificación de la granja Samayoa, actualmente colonia Kaminaljuyú, zona 7.

La osamenta estaba  incompleta, y lo único en buen estado eran la dentadura y las extremidades inferiores.

El 21 de agosto de 1956, Gustavo Espinoza,  inspector de monumentos, informó que el hombre había sido  degollado con una cuchilla de obsidiana.

Kaminaljuyú significa en q´iché “Cerro de los muertos”, y fue bautizada así por el investigador  guatemalteco Antonio Villacorta.

Fue  una de las ciudades mayas más antiguas del valle. Se encontraba debajo de las actuales colonias Tikal, Ciudad de Plata, Centro América, Quinta Samayoa, La Verbena y Castillo Lara.

En 1926 el escritor guatemalteco  Rafael Yela Gunther inició las excavaciones en el valle donde se encontraban más de 200  montículos extendidos en un área de aproximadamente cinco kilómetros.

Durante excavaciones del 11 de febrero de 1956 se localizó una enorme piedra  con varios  jeroglíficos mayas. Esto hizo que las autoridades del museo de antropología y arqueología solicitaran un  permiso a la municipalidad capitalina para hacer varias excavaciones  en el lugar donde fue localizada  dicha pieza. La solicitud obedecía a que la piedra había sido encontrada a inmediaciones de la calle  de la colonia Samayoa.

El 31 de julio  de 1956 el escritor Carlos Samayoa Aguilar, del Instituto Nacional  de Antropología, encargado de las excavaciones, dijo: “Esto es un  valioso hallazgo que  se ha hecho en Kaminal Juyú, ya que en  este lugar se han localizado piezas arqueológicas entre las cuales hay monolitos, morteros de piedra tallada, collares de  jade así como  otras piedra finas de la época”.

Samayoa manifestó que todos los vestigios, incluidas las ruinas, se habían quedado soterrados a causa  de la urbanización, y otros estaban  expuestos al robo.

Los montículos de la “Ciudad de las tumbas” quedaron a merced de los profanadores.

Durante el gobierno de Julio César Méndez (1966-70), muchos vestigios mayas se perdieron después  que se liberó esa área para construcción de viviendas.  Al iniciar la plusvalía del lugar  los tractores destruyeron  los montículos.
De hecho, particulares llegaban a primeras horas y rescataban decenas de vasijas de la destrucción causada por la maquinaria.

Se calcula que quedan decenas de montículos, algunos dentro de casas particulares, en los alrededores de las colonias Kaminal Juyú, Miraflores y Quinta Samayoa.

En la actualidad, el parque Kaminaljuyú pertenece al Ministerio de Cultura y Deportes, y ocupa 10 hectáreas de la gran extensión donde estaba asentada la ciudad maya.

A pesar del latrocinio y el olvido, el sitio cuenta con un centro de visitantes, réplicas de piezas y mapas.  Lamentablemente, el urbanismo desordenado terminó por sepultar su esplendor bajo toneladas de concreto y asfalto.

Inseguridad y robos

El 2 de octubre 1959, luego de tres años  que se comenzara  con las excavaciones  en Kaminaljuyú, Luis Fernando Galich, alcalde capitalino, anunció que procedería a la  restauración “para evitar que continuaran los saqueos”.
El saqueo en  Kaminal  se debió a que no se contaba con  guardianes que protegieran los montículos. Los ladrones se aprovechaban  de los trabajos  que efectuaba  el museo de Antropología para robar en las  tumbas, pensando que encontrarían objetos  de valor.

Esqueleto Pre-cristiano

Claramente se  distinguía que  el esqueleto pertenecía a un esclavo dijo el señor Espinoza, debido a que la cerámica que adornaba la tumba en que fue sepultado, era sencilla y carecía  de la elegancia  y calidad  de los objetos cerámicos hallados  en las tumbas  de los  caciques o jefes de tribus.

Además, la posición de los huesos denota  su abolengo humilde, por lo cuanto en las sepulturas  de mayor importancia  los personajes  eran enterrados  con una extremidad  cruzada sobre la otra, lo cual en sus creencias y costumbres tenían un alto significado.

Uno de los principales montículos el C-II-4A  se realizaban las excavaciones donde se reportó los mayores beneficios arqueológicos, según las  declaraciones del  señor  Espinoza. En ese lugar  se habían descubierto recientemente un templo ceremonial cuyas proporciones fueron una admiración, pues se calcula  que su extensión  llegaba más allá de los 400 metros de largo, por 50 más de ancho.

Espinoza  declaró que los  trabajos tardarían aproximadamente de 10 años debido a que  las operaciones eran  bastante lentas, ya que se tenía que poner bastante  atención  para no arruinar las paredes de los edificios que estaban siendo  descubiertos.

Profanadores

A manera de los audaces ladrones egipcios que penetraban a las pirámides, muchísimos años  antes  que los más prestigiados arqueólogos descubrieran las puertas secretas  de las monumentales  construcciones, los ladrones aprovecharon  los trabajos que efectuaba el museo de antropología  para robarse los  “tesoros que no se habían encontrado  por ningún lado”.

El saqueo en  Kaminal  se debió a que no se contaba con  guardianes que protegieran los montículos, expresó el señor 

Espinoza. Los ladrones se aprovechaban  de los trabajos  que efectuaba  el museo de Antropología para entrar y robar en las  tumbas importantes, pensaron que encontrarían objetos  de valor  principalmente iban tras objetos de oro, jade u otras piedras  preciosa; por ello utilizaban la noche,  cuando las excavaciones  se quedaban sin protección entraban, robaban y destruían los trabajos realizados en los montículos Espinoza dijo que las excavaciones prometían mejores resultados, por  lo cual era necesaria la  colaboración de otras instituciones  encargadas de cuidar el patrimonio de la cultura maya, es por ello que  daban gracias al señor Rubén Ruiz Silva, subdirector de  la Dirección  General de Obras Públicas, por haber  proporcionado  techos, herramientas y personal  para las excavaciones.

Crimen milenario

21 de agosto 1956 Gustavo Espinoza,  inspector  general de monumentos, informó que el cadáver  hallado en una de las  ruinas de Kaminaljuyú por los arqueólogos  tenía 2,000 años  y había sido víctima  de un crimen milenario, ya que lo habían  degollado  con una cuchilla de obsidiana la cual era muy afilada y estaba hecha de roca ígnea volcánica, pues el cuchillo  estaba  aún clavado en  su garganta.
 
Debido a la mala conservación de los huesos  soló se pudo apartar  las piezas enteras de la dentadura, después de haber tomado todos los datos  gráficos  y  descriptivos técnicamente arqueológicos para su posterior  estudio.

Espinoza dijo que  al hacer un  análisis detenido del esqueleto, se pudo observar  que una afilada  cuchilla  de obsidiana  se encontraba ensartada en la base del cuello  entre la clavícula y el homóplato, “esto nos movió a efectuar  una limpieza cuidadosa de la cuchilla para que no se destruyera y posteriormente se fotografió aún  ensartada”.

Al día siguiente que  se preparaban para continuar con  los trabajos se dieron cuenta de la profanación en la tumba que había sido descubierta, ya que los saqueadores habían  echado a perder el hallazgo  así como la cuchilla de obsidiana, la cual rompieron. Esto fue lamentable por el incalculable valor  arqueológico que representaba la pieza maya.

La falta de vigilancia  había permitido  que gente ignorante  destruyera  valiosos objetos que habían sido descubiertos en las excavaciones, con el propósito  de buscar “cosas valiosas”, desconociendo el daño que se le hacía  a las investigaciones arqueológicas que se realizaban de una de las civilizaciones mayas  más avanzadas de su época.

Edad de la cerámica

Espinoza explicó  que la cerámica  encontrada  era predominante  en los montículos  en los cuales se han efectuado excavaciones  y que correspondía a la fase  Miraflores, del período  pre-clásico tardío (400 años antes de Cristo a 300 años  a 600 años  de la era cristiana).

Según se informó que  la institución  Carnegie de Washington fue la que descubrió  los edificios enterrados  del lado del campo de juego  de pelota  en el montículo  clasificado  con el registro C-11-4A en los años  1942 y 42. Sin embargo  esa institución  norteamericana abandonó los trabajos  en Kaminaljuyú  hacía más de 10 años  por lo cual el instituto  de antropología  e historia de Guatemala  se hizo cargo de las excavaciones.
( 21/8/1956 )

Una tumba extraordinaria,  considerada como joya arqueológica de mayor envergadura encontrada en las excavaciones realizadas en diferentes ruinas del país, fue descubierta  en el histórico Kaminal Juyú
El  Instituto de Antropología e Historia informo qué la tumba en sí, más las joyas de valor arqueológico que se encontraron en ella confirmaban que las ruinas de Kaminal juyú pertenecían a un centro  de población de mayor lastre cultural de la época precolombina.

Sumando este hallazgo a los anteriores, puede admitirse sin lugar a dudas,  que en dichas ruinas todavía hay abundantes restos de una legítima cultura maya.

El hallazgo fue una tumba prehistórica, la cual tenía  todo su contenido arqueológico. Esto venía  a  señalar un paso más en la conquista de los restos de aquella cultura perdida y que permitiría eslabonar mejor la verdadera compaginación histórica de los legítimos antepasados guatemaltecos.

Los trabajos  de excavación  esperaban  obtener  mejores resultados  o sea hallar objetos que identifiquen  más acertadamente  la época  y generación  a que pertenecían esa población .  ( 26/9/1956 )
Reconstrucción

El 2 de octubre 1959 luego de tres años  que se comenzara  con las excavaciones  en Kaminal Juyú la  municipalidad anunció que procedería a la  restauración de las ruinas “para evitar que continuaran los saqueos”. El anuncio fue hecho por  el jefe del ayuntamiento, doctor Luis Fernando Galich,.

La municipalidad y  el instituto  nacional de antropología  e historia  de Guatemala estimaron  ambas entidades que las ruinas de Kaminaljuyú, eran un monumento histórico que necesita de mayor atención que la que se le había prestado,  y que,  luego de ser restauradas las ruinas, se evitaría el saqueo del lugar por lo cual se convertiría  en un centro de atracción turística.

Otro hallazgo

El montículo donde se encuentran las mencionadas ruinas es donde se iniciaron los trabajos  de construcción del paso a desnivel que une las calzadas Roosevelt y San Juan.   

Los arqueólogos, Ismael Tercero, jefe de excavaciones, y Amílcar Ordóñez, inspector de monumentos nacionales, mostraron a los periodistas los objetos que serían sometidos  a investigaciones para constatar los años de antigüedad, pues  explicaron que los hallazgos pertenecían al período clásico temprano, o de aproximadamente 200 años antes de Cristo.

Lo que se ha encontrado hasta ahora dijo el arqueólogo Tercero son varias vasijas, incensarios y otros objetos de uso ceremonial. Suponemos  que al continuar nuestra labor, se encuentre una tumba, lo que sería interesante, pues por estos lugares se han encontrado muchos y muy importantes monumentos funerarios.

Lo primero que se halló agrega fue un muro de contención hecho de piedra pómez, utilizado indudablemente para sostener el relleno donde se levantaba el templo. A los lados del muro estaban los objetos mencionados anteriormente los que serán trasladados al museo.

La labor de excavación se retrasaba  debido  a que no se contaba  con el material humano necesario para acelerar al máximo los trabajos ya que había  necesidad de fotografiar, dibujar y hacer planos de lo encontrado en esos lugares de la civilización  maya.

El arqueólogo Tercero finalizó  diciendo que era  conveniente que la comuna avisara  con anticipación cuándo se efectuarían los trabajos en, área de Kaminaljuyú, para que el instituto de antropología e historia trabaje en el área  antes de que se inicien las obras  de construcción de las calzadas.

10/4/1968
Otro esqueleto precolombino aparentemente  era de un hombre corpulento el cual  posiblemente  medía 1.80 metros de estatura  fue hallado en un monumento funerario durante  las excavaciones  en una tumba del sitio Kaminaljuyú,  que se realizaba el  6 de  diciembre de 1979. Según se informó, éste podrá tener  800 años antes de Jesucristo.

Ciudad maya bajo concreto

La ciudad de Kaminaljuyú, abarcaba todo el valle de La Ermita, además era un centro  de comercio que existo mil años ante de Cristo. Tuvo un alto grado de desarrollo, pero también  cayó  en decadencia. Hoy la ciudad maya  esta  sepultada bajo toneladas de concreto y pavimento.

El Antropólogo e Historiador  Ricardo Marín informó que no se sabía con exactitud el nombre  que tenía la ciudad pero que su símbolo era un pez, por las lagunas que habían en ese valle.

La antigua  cultura se cree  que inició antes de Cristo en el valle de la Ermita y su mayor esplendor fue durante los  años 200 a 1000 de la era cristiana. A la llegada de los conquistadores prácticamente la ciudad estaba abandonada.

Datos oficiales daba cuenta  que  durante las excavaciones realizada en 1940, en la zona 7,  se encontraron muchos entierros de personajes  precolombinos. Como ni se sabía qué nombre  le habían dado  a esa zona  sus antiguos  pobladores, el investigador  guatemalteco Antonio Villacorta bautizó el lugar como Kaminaljuyú, que significa  en q´iché “Cerro de los muertos”.

El historiador  Horacio Cabezas indicó el 28 de enero 2001 que la ciudad maya  se extendía  por todo el valle  capitalino, pues era un centro de comercio  donde se intercambiaban  productos con las poblaciones asentadas en lo que es México y El Salvador.

Cabezas dijo que los habitantes de Kaminal se dedicaban, entre otras actividades, a la fabricación de armamento. Se habían encontrado puntas de lanzas y flechas obsidianas, las cuales  canjeaban por cacao, el cual traían para  hacer trueque.
La población maya estaba dispersa y vivía en construcciones  sencillas. Sin embargo, en el área donde está  el parque Kaminaljuyú, también conocida como “La Palangana”, habían edificios  de mayores dimensiones  como templos, palacios y campos de juego de pelota.

Parte del complejo urbano  de aquella ciudad  era  el montículo de “La Culebra”, que servía para abastecerse de agua  y sobre el cual los españoles, siglos después construyeron  el acueducto de Pinula.

Sistema hidráulico

Juan Antonio de Valdez, quien realizó una investigación en el área  de Miraflores, dijo  que el sistema hidráulico de esa ciudad  había sido complejo, pues tenía canales de irrigación que alcanzaban hasta cinco metros de ancho, además había un serie  de lagunas que estaban  en lo que hoy es las calzadas San Juan y Roosevelt, El Naranjo y el Parque de la Industria. Se sabía que los antiguos habitantes  hablaban  el idioma xol.

Posiblemente por  el mal manejo del recurso del agua hubo una crisis social  y emigraron  a otras partes. Fue entonces  cuando llegaron  a Kaminaljuyú grupos del Altiplano que impusieron su autoridad haciendo desaparecer la escritura xol.

Pérdida de información

Durante el gobierno de Julio César Méndez (1966-70), muchos vestigios mayas se perdieron después  de que se liberó esa área de una prohibición de construcción de viviendas.  Al iniciar la plusvalía del lugar  para la construcción de viviendas los tractores destruyeron  los montículos.
Se calcula que quedan alrededor de diez montículos, algunos dentro de casas particulares, en los alrededores de Kaminaljuyú. 

La Palangana

?Los trabajos de investigación en el sitio conocido como “La Palangana”, zona 7, tienen dos áreas de excavación que abarcan unos 600 metros cuadrados dentro del parque, en uno de los cuales hay un conjunto piramidal en cuyo interior se encontró una tumba.

Las construcciones tenían en la cúspide un rancho de madera y paja, a diferencia de las de Tikal que estaban, rematadas  con una especie  de cámara  de piedra. Según  especialistas, los  templos eran de adoración y funerarios, además servían como torres de control para vigilar a los trabajadores de las grandes obras.
( 28/1/2001 )

Kaminaljuyú actual

En la actualidad, el parque Kaminaljuyú, que pertenece al Ministerio de Cultura y Deportes, ocupa 10 hectáreas de terreno luego de que en  la gran extensión donde estaba asentada la ciudad maya  fue invadida por el urbanismo, dejando un  gran tesoro bajo tierra.

Hoy  en día se dan cita varios representantes etnias  indígenas de varios departamentos  de Guatemala al centro ceremonial.

En este lugar realizan diferentes ritos y actividades.

Los visitantes pueden  apreciar la acrópolis, un grupo de montículos, en el área de La Palangana. Esta parte se encuentra techada.

El parque cuenta con un centro de visitantes donde se pueden apreciar réplicas de piezas halladas en el sitio, fotografías antiguas de éste y mapas de ubicación.

El visitante que llega a las ruinas  de Kaminaljuyú queda sorprendido al  ver una  enorme maqueta del sitio sobre cuyas actuales calles transitan a diario miles de personas, sin pensar que hace dos milenios se desarrolló ahí una intensa actividad.

Kaminaljuyu a la nueva Guatemala  Video tomado de You Tube

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