Sin embargo esto no detuvo la ambición de Ríos por competir en la elección del año 2003.
Cientos de personas con piedras, palos, machetes e incluso armas de fuego fueron transportadas en autobuses desde temprano y comenzaron a causar disturbios, ante la mirada pasiva de las autoridades de seguridad.
Entre los manifestantes había diputados y dirigentes del FRG, algunos con el rostro cubierto con gorros pasamontaña.
Mientras un grupo se apostó frente a la Corte Suprema de Justicia, otra turba bloqueó la salida del Centro Empresarial, en la zona 10, donde retuvieron durante 11 horas a decenas de trabajadores del lugar.
Cerca del lugar murió de un paro cardíaco el periodista Héctor Ramírez, quien huía de las turbas. La confusión se prolongó hasta el día siguiente y finalizó cuando Ríos Montt pidió a los manifestantes que se retiraran.
Impunidad
Ríos Montt y 17 más fueron procesados por los disturbios, entre los que se encontraban funcionarios y afiliados al partido.
El proceso se tornó polémico y tardó varios meses. Finalmente, el Ministerio Público pidió que se cerrara el caso por “falta de pruebas”. La investigación de la Fiscalía fue deficiente, extremo que el juez confirmó en el 2006, al haber dejado libres a los sindicados.
Al banquillo
El único funcionario que fue hallado culpable por los disturbios fue Raúl Manchamé, director de la PNC, por incumplimiento de deberes. Se le impuso una pena de 2.5 años de cárcel conmutables.
Efráin Ríos Montt volvió a comparecer ante un juez en el 2013, acusado de genocidio y delitos contra los deberes de la humanidad. El 10 de mayo de ese año fue encontrado culpable y se le impuso una pena de 80 años. Sin embargo, días después la sentencia fue anulada y el juicio tuvo que repetirse. El militar falleció el pasado 1 de abril, a los 91 años. Su familia recuperó una caución económica de Q500 mil al decretarse la extinción de la persecución penal.