Testigos dijeron que los asesinos podrían pertenecer a un “escuadrón de la muerte”, debido a la forma como entraron a la residencia particular de Ellacuría antre las 3 y las 4 de la mañana para asesinarlos.
Los asesinos iban provistos de armas de alto poder y vestidos con uniformes de tipo militar, entraron a la residencia privada de Ellacuría, situada detrás de las instalaciones de la UCA.
El hecho
Según los testigos, el rector, cinco de sus invitados y sus dos sirvientes fueron sacados a rastras de las camas donde dormían. Algunos de ellos fueron muertos a golpes y otros ejecutados a balazos.
José María Tojeira, superior de la orden de los jesuitas en El Salvador, dijo que fueron entre 30 hombres armados con fusiles automáticos los que entraron al hogar de Ellacuría, un doctor en Sociología, ampliamente conocido en América Central y en los círculos académicos de América latina y Europa.
El sacerdote jesuita dijo que las ocho personas que había en la casa fueron golpeadas con las culatas metálicas de los fusiles en la cabeza, y otras asesinadas a balazos.
Los muertos
Los clérigos asesinados fueron el rector Ellacuría, Juan Ramón Moreno, Segundo Montes, Ignacio Martín Baró, Amando López y Joaquin López..
Ellos se habían reunido en la casa de Ellacuría, al parecer con el objetivo de protegerse mutuamente. Los otros dos eran los humildes sirvientes del sociólogo jesuita, a quienes mataron con la misma saña que a los demás.
Las víctimas, incluyendo al propio Ellacuría, eran jesuitas españoles que vivían y trabajaban en El Salvador y habían sido acusado con frecuencia por los militares salvadoreños de tener simpatías por los guerrilleros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
El presidente Cristiani, durante una conferencia realizada el 9 de enero 1990 dijo que Guillermo Benavides, los tenientes Yushi René Mendoza y José Ricardo Espinoza, un subteniente, dos sargentos, un cabo y dos soldados eran los que habían participado en el asesinato de los seis sacerdotes jesuitas, una empleada doméstica y su hija y que la institución armada no iba a permitir que ninguno de sus elemento empañaran el buen nombre del Ejército, y que los responsables serían presentados ante la justicia para que pagaran por el crimen.
Condena
El 29 de septiembre 1991 el jurado salvadoreño empieza las deliberaciones en el juicio contra nueve militares acusados de asesinar a seis sacerdotes y a dos mujeres.
Lsa deliberaciones del veredicto se llevaron a puerta cerrada.
El juez cuarto de lo penal, Ricardo Zamora, anunció el fin del debate y el inicio de las deliberaciones. El juicio acontecido durante tres días no tiene precedentes en la historia de El Salvador, y fue denominado como el “ juicio de la dignidad” o “ del siglo”.
30 de septiembre de 1991
Zamora dio a conocer la sentencia en contra de los militares Yushi René Mendoza y Guillermo Benavides, acusados de ordenar las ocho muertes, mientras los otros nueve militares acusados fueron liberados de los cargos de terrorismo.
Los último liberados
La Corte Suprema de Justicia de El Salvador acordó el 25 de agosto 2011 liberar a nueve militares que habían sido capturados y guardaban prisión en una brigada castrense desde el 7 de agosto de ese año, y que eran procesados en España por el asesinato de seis sacerdotes jesuitas en 1989, informó una fuente judicial.
La decisión de la Corte significó que los nueve militares “no tienen restricciones ni privación de libertad, y no hay autoridad que pueda proceder a capturarlos”, dijo a periodistas el magistrado Ulises Guzmán.
Hasta el 2016, y aunque cuatro de los militares fueron puestos en libertad en agosto último, España aún reclama la extradición para juzgar a los nueve implicados.