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Horchata, muy antigua y refrescante

La horchata existe desde la Edad Media. Su historia es tan antigua e interesante. ¡Quién lo iba a pensar!

Cuenta la leyenda que el rey Jaime I de Aragón (1208-1276) —conocido como El Conquistador—, durante una visita en Valencia fue atendido por una moza que le dio a probar una bebida fresca, blanquecina y dulce.


Complacido por su sabor, el monarca preguntó por el nombre de la bebida, a lo que la joven le respondió que era leche de chufa. Al momento, Jaime I respondió y exclamó: “¡Axo es or, xata!”—Esto es oro, chata—.

Es así como los valencianos cuentan el origen del nombre castellanizado de la horchata. De hecho, en la actualidad, esa bebida es típica en Alboraya, una población cercana a Valencia, a la cual llaman orxata.

La primera referencia escrita; sin embargo, data de 1786 en el libro Alcaldes de Casa y Corte, en el que se incluye la receta.

En tanto, el diccionario de la Real Academia Española indica que la voz proviene del latín hordeata —i. e. hordeum, voz latina que significa “cebada”—. “Bebida hecha con chufas u otros frutos, machacados, exprimidos y mezclados con agua y azúcar”.

Tradicional

“Califaciente, desecante, expele flatulencias, fortifica las entrañas, alivia los cólicos, provoca la orina y el menstruo y es buena para los vértigos y los aturdimientos de cabeza; se usa en enjuagatorios para úlceras de boca y encías”. Así hablaba de la horchata de chufa el médico Pío Font en su libro Flora española, publicado a mediados del siglo XIX. No obstante, hoy se ha dejado de valorar como medicina, aunque sí tiene vitaminas C y E.

En Guatemala, entre los xincas se sirve para acompañar un plato de arroz amarillo. En tanto, en el oriente del país, la horchata es tan tradicional como los tamalitos de loroco y cambray. Además, en esa región resulta de maravilla, pues es muy refrescante.

En las piñatas —como se le llaman a las fiestas en donde se aporrean estas para celebrar cumpleaños y otros acontecimientos—, también se acostumbra a servir esa bebida, bien heladita. Además, ayuda a pasar los barquillos, chiqueadores —bizcochuelos esponjosos— y las porciones de pastel del cumpleañero.

Sin embargo, así como esos dulces típicos guatemaltecos se han sustituido por las pizzas, hamburguesas, papas fritas y perros calientes, la horchata ha sido desplazada por las aguas gaseosas.


Pero la abuelita siempre está dispuesta a prepararla y a enseñar a sus hijos y nietos a hacerla. Cada una tiene su toque especial.

En el resto de Hispanoamérica también se consume, aunque el sabor varía en cada región por su composición: algunas están hechas de chufas, coco, semilla de morro, ajonjolí o arroz, por ejemplo. A eso se le añade azúcar, canela y vainilla, y en ocasiones almendras o nueces.

Hasta hoy, la horchata forma parte del tridente de los refrescos tradicionales de Guatemala, la cual completan la rosa de jamaica y el tamarindo. Y para festejarla: ¡Salud!

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