Periodistas de Prensa Libre, viajaron a la zona afectada y comprobaron la situación que afrontaban los peteneros, quienes condenaron la indiferencia de las autoridades de gobierno, a pesar que se encontraban “con el agua hasta el cuello”.
La isla de Flores, San Benito, Santa Elena, El Remate, San José, Nuevo San José, Jobompiche, San Miguel y Sacpuy eran los lugares más afectados, por lo que los habitantes solicitaron a la comunidad internacional que les brindara ayuda.
Las calles de La Unión, de Flores, San Benito y la “zona roja” de Santa Elena se encontraban completamente anegadas, al extremo que para movilizarse los vecinos utilizaron pequeñas lanchas o cayucos; o en todo caso, cruzarlas a nado.
Fuertes lluvias
La situación se agravó debido a las copiosas lluvias que afectaron la zona central de Petén, lo que causó que el nivel del lago Petén Itzá subiera unos 40 centímetros arriba de lo normal. Incluso el puente de ingreso a la isla de Flores quedó cubierto por el agua.
Estado de excepción
El entonces gobernador de Petén, Carlos Asturias Paz, impuso un estado de excepción, y advirtió a la población que estaban prohibidas las garantías individuales. La medida fue calificada como arbitraria e inconstitucional.
Debido a la magnitud de la crisis, el comité de emergencia demandó del Congreso de la República la inmediata declaración de estado de calamidad pública en la zona inundada, así como la emisión de un punto resolutivo que le exigiera al gobierno una pronta acción para solventar la situación.
Petén libre
Ante la denunciada negativa gubernamental de ayudarlos, los habitantes de Petén llegaron considerar la idea de solicitar la anexión de Petén a México o Belice o en declararse independientes del Estado de Guatemala.
La juventud petenera incluso inició un movimiento independentista, en donde resaltaron las consignas “Petén libre” y “Petén no es Guatemala”.