Según un despacho de la agencia EFE, el coordinador de la COPAZ, Gustavo Porras Castejón, y el comandante Rolando Morán, miembro de la cúpula de la URNG, fueron los primeros en signar el texto, en un acto cargado de solemnidad, al mejor estilo europeo.
Morán dijo que hoy demostramos al éxito de nuestros esfuerzos. El cese al fuego señala el fin de la confrontación y la fase final que conducirá en pocos días a la firma de la paz.
Mientras, Porras destacó que el sufrimiento de Guatemala no ha sido en vano. El silencio de las armas permite comunicarse a sectores sociales, y augura un clima de pluralidad y tolerancia, para que la paz sea firme y duradera, añadió.
A la ceremonia, realizada en el Ayuntamiento de la capital noruega, y presidida por el ministro noruego de Exteriores, Bjorn Tore Godal, asistieron unas 700 personas, entre las cuales se encontraban autoridades de Gobierno, representantes de organizaciones de Derechos Humanos y de los sectores civiles de Guatemala.
Diversas reacciones de apoyo al Acuerdo del Cese al Fuego se produjeron en el seno de varios sectores del país.
Desarme y desmovilización
La Organización de las Naciones Unidas, ONU, tendría a su cargo verificar el cumplimiento del Acuerdo del Cese al Fuego comenzando con el desarme de la guerrilla el cual duraría 60 días a partir de la fecha establecida.
La operación también obliga al desplazamiento de los efectivos del Ejército, consistiendo en la creación de espacios libres de presencia militar, a modo de garantizar la seguridad a los rebeldes. Entre los puntos de concentración de las Fuerzas Armadas y las guerrillersa, debía mediar una distancia mínima de seis kilómetros. Mientras, los puntos de concentración deberán ubicarse a distancias no menores de 20 kilómetros de la línea de la frontera.
Quince días antes del desarme tanto la insurgencia como el Ejército deberán proporcionar a la ONU información relativa a sus actividades. La URNG, referente a número de efectivos, lista de personal, inventario de armas, explosivos, minas, campos minados, municiones y otros equipos bélicos. Mientras, el Ejército lo hará acerca de los comandos militares establecidos en lo que eran zonas de guerra. Luego sería el proceso de desmovilización en forma paulatina.
Tras el fin de la desmovilización, los rebeldes retornarán a la vida legal, retorno regulado por el Acuerdo de Reinserción, que se suscribirá en Madrid el 12 de diciembre próximo.
De esta forma se llegó al epílogo de una confrontación que dejó al país, durante 36 años, sangre, dolor y muerte.