A las 11 de la mañana (4 horas en Guatemala) partió del puerto de Dover, Inglaterra, y a las 21.46 horas (14.46 local), llegó a Calais, Francia, sumamente agotado tras 10 horas y 46 minutos nadando, pero muy feliz por haber puesto en alto el nombre de Guatemala.
“Estoy muy feliz, un poco raspado y agotado, pero muy contento”, fueron las únicas palabras que alcanzó a decir cuando salió del agua, con algunos moretones.
Sueño cumplido
Cruzar el Canal de la Mancha era el sueño de Luis José, quien desde niño mostró mucho talento para la natación.
A los 10 años se convirtió en campeón nacional en estilo libre, y a los 14 conquistó los Juegos Deportivos Nacionales de Chiquimula, 1988.
Serra debió abandonar la natación por diversas razones, y a los 23 años volvió a practicar el deporte de sus amores.
“Su pasión fue nadar, de eso no tengo duda”, dijo emocionado su padre, Sergio, quien aseguró que su hijo se fue en silencio hacia la travesía que ayer tuvo un final feliz.
Entrenamiento
Serra comenzó a pensar en el Canal de la Mancha hace dos años, pero antes, en julio del 2001, le dio la vuelta a la isla de Manhattan, Nueva York.
Como parte de su rutina de entrenamiento el atleta nacional cruzaba los fines de semana el lago de Atitlán, por lo menos cuatro veces.
Además se sometió a una rigurosa dieta rica en carbohidratos y aumentó peso para soportar los 42 kilómetros de recorrido.
Reconocimiento
Un mes después, el 22 de septiembre de ese mismo año, Serra fue reconocido por su municipio natal, Retalhuleu al ser declarado Hijo Predilecto de Retalhuleu, por la municipalidad local, que además le otorgó la orden “Horacio Alejos de León”.
El 31 de enero de 2003 el Congreso de la República condecoró a Luis José Serra por su hazaña en Europa.
