El santo del amor
La devoción al santo portugués sigue vigente en Guatemala a pesar del paso del tiempo. Existen varias costumbres que tienen su culmen cada 13 de junio. Los jóvenes, de los dos sexos deben juntar trece centavos, los cuales dejan como limosna a los pies de la imagen de San Antonio en cualquier iglesia, rezar una oración y una vela. Si no se era favorecido con el “flechazo de cupido” se castiga al santo poniendo una imagen suya de cabeza. Otra costumbre muy particular era clavar 13 alfileres en el árbol más cercano a la casa sobre una figura del corazón.
Bienes perdidos
A San Antonio se le atribuye el recuperar los objetos perdidos. Esto puede provenir de una anécdota de su vida en la que perdió un libro, el cual le serviría, pero rezó mucho para poder recuperarlo y un fraile compañero suyo se lo regresó. En estos casos hay una estrofa de la novena escrita por el franciscano San Buenaventura que dice: “Miembros y bienes perdidos, recobran mozos y ancianos”.
El panito de San Antonio
Una costumbre muy arraigada es también la del pan de San Antonio. Todos los martes luego de la misa, en las parroquias franciscanas sobre todo, se reparte un pan bendecido por el sacerdote como símbolo de caridad. Esta costumbre aún se realiza en el Templo de San Francisco y en La Recolección, en el Centro Histórico. Pero cada trece de junio la afluencia es mayor en especial de los más necesitados a quienes se les reparte un tamal y un pirujo para compartir un bonito momento de convivencia.
