Otra obra de la gestión de Ubico
Los 13 años de su gobierno se caracterizaron no solo por la creación de la red vial, sino por el ímpetu que se le dio a la construcción urbana, el mejoramiento físico de la capital y el levantamiento de importantes edificios públicos como el Palacio Nacional, según la obra Tiempos de Ubico.
El terreno asignado fue el que antiguamente ocupó el Palacio del Ayuntamiento, en el lado norte de la Plaza Mayor. La arquitectura y diseño de la obra estuvieron a cargo de los ingenieros Rafael Pérez de León, Enrique Riera y Luis Ángel Rodas.
Los arquitectos se apoyaron en grandes maestros de la plástica guatemalteca como Julio Urruela, Alfredo Gálvez Suárez, Carlos Rigalt Anguiano y Rodolfo Galeotti Torres, cuyas magníficas creaciones se pueden admirar por todo el inmueble.
El conjunto de elementos del diseño hace de esta una composición arquitectónica ecléctica, con tendencias artísticas influenciadas por España y gran cantidad de simbolismos nacionalistas y prehispánicos, aunque Ubico dio los lineamientos del estilo renacentista español del siglo XIV. Pese a ello, se logró una expresión estética hermosa y original, cita el libro El Palacio Nacional.
Mohamed Estrada, arquitecto a cargo de la restauración del palacio, calcula que trabajaron en su construcción unas tres o cuatro cuadrillas de 250 personas cada una. La obra destaca por su forma simétrica y su innovadora construcción en la época, en la que se utilizó por primera vez el concepto de prefabricación.
Fue sede de los gobiernos desde 1943, hasta que en 1998 se convirtió en Palacio Nacional de la Cultura.
“Es el edificio más simbólico, ya que representa la unidad nacional en un país multicultural, y aunque no sea la sede del Ejecutivo, en el imaginario guatemalteco es el emblema del poder”, explica el cronista de la Ciudad, Miguel Álvarez.
Don Jorge, ma?s que recibir presentes en el di?a de su 65 cumplean?os, en 1943 —el 10 de noviembre, u?ltimo que paso? en la Presidencia—, se regodeo? en su obra, cuyo balco?n presidencial tiene cinco ojos de buey, por las letras de “Jorge” y cinco puertas que corresponden a las de “Ubico”.
Ubico, quien supervisó la construcción, apenas disfrutó de su palacio, pues dimitió el 25 de junio de 1944, ocho meses después de haber empezado a ejercer sus labores en este recinto.