La noticia pasó inadvertida y no fue tomada en consideración por los científicos norteamericanos, embarcados para entonces en el proyecto de lanzar un satélite artificial al espacio.
El 4 de octubre, coincidiendo con la inauguración en Barcelona, España, del Congreso de la Federación Astronáutica Internacional, la Agencia de noticias oficial de Rusia, TASS, transmitió una escueta noticia: la URSS había puesto en órbita su propio satélite.
Volaba a unos 900 kilómetros de altura, daba una vuelta a la Tierra cada 90 minutos y pesaba 83.5 kilogramos. Éste último dato conmocionó a los científicos de todo el mundo; muchos pensaron que se trataba de un error ( el satélite que los americanos pensaban lanzar pesaba sólo 5 kilogramos) pero el dato era exacto.
El proyecto de Estados Unidos era muy inferior al soviético; los norteamericanos no poseían ningún cohete propulsor con suficiente fuerza para poner en órbita una carga como la de las primeras misiones espaciales rusas, conocidas como “Sputnik”.
Un mes después, el 3 de noviembre de 1957, se enviaba el segundo satélite llamado “Sputnik II”, pero no iba solo. Su tripulante era una perra de casta esquimal, llamada “Laika”, la perrita había sido recogida de las calles de Moscú y fue seleccionada por su resistencia a las pruebas previas del viaje espacial.
El cohete, fue lanzado a la medianoche, y estaba equipado con un equipo especial de respiración y de mediciones científicas. Al momento en que Sputnik II había completado seis vueltas alrededor de la Tierra, Laika, se encontraba aparentemente tranquila en una cápsula presurizada, sujeta a un arnés que le permitía comer, incluso ladró al entrar al espacio.
Los científicos a cargo de la misión habían declarado enfáticamente que el cohete no regresaría a la Tierra por lo que el final mortal de Laika ya se sabía.
Durante mucho tiempo no se supo con exactitud cuando y por qué murió la perrita. Décadas después se descubrió que horas más tarde del despegue Laika falleció a causa del estrés. Desde entonces se hizo famosa, se le hicieron monumentos, apareció en sellos postales y un área de Marte lleva su nombre. En la cultura popular Laika fue inmortalizada por el grupo español Mecano, uno de los más representativos de la música pop de los ochenta, quienes compusieron una canción relatando la hazaña de la perrita espacial.
Primeros primates
Antes de que Laika llegara al espacio, se habían realizado antes, pruebas con diferentes seres vivos, desde moscas hasta chimpancés. Uno de los viajes más célebres fue el de dos monos hembras llamadas Able y Miss Baker.
Las monas fueron colocadas en una cápsula frontal de un misil módelo Júpiter AM-18 y lanzadas al espacio, hasta unos 500 kilómetros de la Tierra, desde el Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos el 28 de mayo de 1959. El misil recorrió dos mil kilómetros y aterrizó tan sólo 15 minutos después de despegar. Las monas sobrevivieron al viaje.
Tema “Laika” del grupo español de pop, Mecano. (Video: Youtube)