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Por inocente: festejo con raíces cristianas

El 28 de diciembre se conmemora el Día de los Santos Inocentes, tradición con orígenes cristianos que recuerda la matanza de niños menores de 2 años que cometió Herodes; sin embargo, con el paso del tiempo ese día se convirtió en una fiesta pagana para hacer bromas. 

La historia religiosa cuenta que después del nacimiento de Jesús en el pequeño pueblo de Belén, en Judea, tres hombres sabios llegaron a Jerusalén Y preguntaron: ¿dónde está el que ha nacido para ser el Rey de los judíos? Vimos su estrella y hemos venido a adorarle.

Al escuchar las palabras de los tres hombres misteriosos, Herodes y todo el pueblo de Jerusalén no pudieron ocultar su preocupación. La historia cuenta que los rabinos y los hombres de leyes recordaron las palabras del profeta Isaías: “De Belén surgirá un gobernante que será el pastor del pueblo de Israel”.

“Cuando Herodes manda a degollar a los niños, esperando matar al niño Jesús, es porque se cree engañado. Supone que será algo tan importante que corre el peligro de perder su poder”, señala Enrique Anleu Díaz, investigador del Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Amenazado ante la presencia de un Rey anunciado por los profetas y engañado porque, aunque los tres extraños prometieron retornar y decirle donde estaba el niño, ya no lo hicieron. Cuenta la historia que los viajeros tuvieron un sueño en donde se les advertía ya no comunicarse con Herodes porque la vida del niño peligraba.

El engaño se traslada a otras dimensiones, afuera de la religión, a las celebraciones populares en una combinación de simbolismo cristiano y pagano, adaptado a las tradiciones ya existentes en España y luego en América Latina y concretamente Guatemala. Pero siempre está asociado a los inocentes y se juega con el engaño.

El bien contra el mal

Los antecedentes de la conmemoración del Día de los Inocentes son remotos, tan antiguos como el eterno conflicto entre el bien y el mal y que han sido simbolizados por la luz y la oscuridad, la noche y el día.

Anleu Díaz explica que “la celebración de los inocentes en primer lugar, es concebida como una fiesta del  calendario cristiano pero es indudable que viene de  muy atrás”.

En Roma se celebraban las fiestas dedicadas al sol invicto alrededor del 25 de diciembre en el calendario actual, y es el emperador Aureliano  quien las establece.  Estas eran celebraciones dedicadas  al sol. Muy profundo el sentido de esta relación porque es la entrada al solsticio. O sea cuando los días se empiezan a prolongar y por ende predomina la luz sobre la noche.

“Es un cambio que se refiere al problema del sol y la luna, elementos masculino y femenino, con aspectos positivos y negativos en una lucha dual que existe y que tiene una relación de muy atrás”.

Agrega que “al entrar a ciertos cambios en cuanto a que el romano se convierte al cristianismo, los elementos anteriores no se pierden. Entonces la celebración del sol invicto se relaciona simbólicamente con el nacimiento del personaje más importante del mundo cristiano, Jesucristo”.

“El sol invicto, no vencido, representa la vida, la luz, el calor. En cambio la noche, tiene lo negativo: la muerte. La mayoría de culturas manejan dentro de su simbología, ambos aspectos”.

“Es aquí donde el cristiano toma los símbolos paganos romanos y al asociarse, toma la deidad más importante, Jesucristo, y se transforma de alguna manera en lo que es el sol”.

“Estos son los elementos que forman esa sincresis del 25 de diciembre en el mundo cristiano. Esto indudablemente se convirtió en algo muy importante y no está desligado del hecho que es la fiesta como le decimos popularmente, o la rememoración de la matanza de los inocentes”.

“En esta dualidad, todavía hay aspectos bastantes mágicos en la religión, hay una contraposición y al mismo tiempo, se trata de engañar al sol invicto, de alguna manera, engañar al tiempo”.

El cristianismo americano

“El cristianismo en América es así, combina elementos indígenas con cristianos los cuales al fusionarse, se transforman pero en el fondo se conservan”, explica el entrevistado. “El hecho de engañar al sol, la luna o el tiempo, está asociado a las fiestas de los inocentes.”

“Al llegar a Guatemala, se reinterpreta esa relación de los engaños, se pierde de alguna forma en sus origenes de tipo pagano y adquiere algunos elementos nuevos”.

“Pepe Milla -dice- hablaba en su época de esos engaños. En sus “Cuadros de costumbres”, menciona las bromas que se hacían entre la población. Cita un ejemplo, cuando incluso algunos periódicos llegaron a publicar con engaños, noticias que no eran ciertas”.

La tradicion del Dia de los Inocentes en Guatemala, hasta hace poco tiempo, se practicaba con todo tipo de bromas, tanto en familia como en el trabajo. Si bien es difícil comprender como un hecho terriblemente violento se conmemore con humor, basta observar nuestra historia reciente.

A pocas horas de haber ocurrido el terremoto de 1976, había todo tipo de chistes. No cabe duda que es nuestra forma de afrontar la realidad y continuar trabajando. Aunque en la actualidad la práctica de efectuar bromas a los amigos haya caído en desuso.

Enrique Anleu señala que “algunos conocen y practican este tipo de tradiciones, mientras que otros las desconocen. Esta en particular, la del Día de los Inocentes, se enriquece y pierde algunos elementos por los sistemas de vida, especialmente en las ciudades donde hay multiplicidad de elementos externos”.

La práctica de engañar a los amigos con inocentadas es cada vez menor, precisamente por la influencia de otras culturas y que ejercitan diferentes costumbres.

El ingenio y el humor del guatemalteco son asombrosos. Generan risa, buenos momentos y mecanismos para afrontar la dura realidad. Practiquemoslo y a la vez reafirmemos las tradiciones que nos dan identidad y fortalecen nuestra cultura.

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