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2005: alud causa tragedia en Senahú, Alta Verapaz 

El 16 de junio de 2005 una correntada de lodo destruyó más de 80 viviendas en Senahú, Alta Verapaz, segándole la vida a 22 personas.

Titular de Prensa Libre del 18 de junio de 2005. (Foto: Hemeroteca PL)

Titular de Prensa Libre del 18 de junio de 2005. (Foto: Hemeroteca PL)

Cuando todos estaban por concluir la cena y se aprestaban a dormir la noche del miércoles recién pasado, la madre naturaleza no concedió tregua y se llevó por delante 22 vidas, entre ellas, las de unos 10 niños, 88 viviendas, ilusiones y grandes esperanzas, en el municipio San Antonio Senahú, Alta Verapaz.


Desde 2000 se había advertido que era un lugar de riesgo, pero nadie desalojó. Esa noche, las fuertes lluvias provocaron que una ladera del cerro El Calvario cayera sobre un número aún no determinado de casas de la referida comunidad, a unos 250 kilómetros al norte de la capital.La falta de maquinaria dificultaba ayer las tareas de rescate, por lo que se reducía la posibilidad de encontrar más personas con vida.

Las autoridades reportaron alrededor de 40 desaparecidos, y 25 heridos que se restablecen en el Hospital de La Tinta, a 30 kilómetros de Senahú. 

“La tragedia ocurrió en el mismo punto que hace cinco años, sólo que en esta ocasión fue tres veces peor”, recordó la profesora Marta Tení, encargada de coordinar los albergues. En su oportunidad, la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred) advirtió que era un lugar de riesgo, pero adujo que no puede obligar a las personas a desalojar.

La Universidad de San Carlos también redactó un estudio que daba cuenta del peligro. El alcalde José García relató: “Empezó a llover como a las 19 horas, y dos horas después se vino la desgracia”. Con una mirada sombría y paso lento, García recorrió las calles destruidas y repletas de lodo.

El presidente Óscar Berger acudió al lugar en horas de la mañana de ayer, para comprobar la magnitud de la tragedia. “No me pienso mover de aquí hasta que no empiecen a trabajar los convoyes”, prometió Berger a los vecinos reunidos en la alcaldía.

Dolor y consternación

Las escenas de dolor se repitieron a medida que transcurrían las horas. El número de fallecidos aumentaba con el inexorable paso del tiempo: en menos de una hora pasó de 17 a 22.

Incertidumbre y llanto se sucedían en el Centro de Salud, convertido en una morgue improvisada, donde madres desconsoladas abrazaban los cuerpos inertes de sus hijos. Romelia Cal sostenía entre sus brazos la ropa limpia para vestir por última vez a sus dos pequeños: Édgar, de 4 años, y Mario, de 10. Algunos perdieron a todos sus seres queridos, como Enrique Yaxcal. Siete de sus nueve hijos fallecieron. 

“Necesito ayuda, he perdido a mi esposa y me quedo con ocho niños, uno de pecho”, se lamentaba Arcadio Oxón, de 53, en la puerta de la morgue. Su hijo Federico Oxón, de 23 años, también perdió a su esposa.

Verdadero calvario

Como si de una mala pasada del destino se tratara, la colonia El Calvario fue de las más afectadas. La iglesia y más de 80 viviendas quedaron destruidas. La Conred dijo que ocho casas quedaron totalmente sepultadas, y el adoquín, levantado.

Vecinos, médicos, personal de la Cruz Roja, soldados, bomberos voluntarios y municipales, con herramientas rudimentarias como palas, piochas y azadones, removían el lodo para rescatar cuerpos, algunos casi irreconocibles. Mientras, las autoridades trataban de resolver la escasez de agua.

En las tiendas del lugar la población había terminado con el líquido que se vende en bolsas y botellas.“Hemos solicitado 10 mil litros de agua, y 400 raciones familiares de comida y cuatro mil individuales”, señaló Willmer Tení, de la Conred en Alta y Baja Verapaz.

Berger pidió toneles para distribuir agua y apoyo para restablecer la red eléctrica. Además, ordenó habilitar un puente aéreo para el traslado de víveres.

Perdió siete hijos

En el Día del Padre, Enrique Yaxcal Cu, de 49 años, enterrará a siete de sus nueve hijos. Con edades comprendidas entre los 3 y 17 años, los niños se encontraban solos en casa cuando sobrevino la tragedia. Yaxcal salió para llevar a su esposa, embarazada, al hospital.

“Al regresar, estaban todos muertos”, expresó en estado de shock. Su vivienda, ubicada en el barrio Las Gallinas, quedó totalmente destruida. A Yaxcal sólo le quedan los recuerdos: “Ya enterré a mis hijos. Ahora, que las autoridades hagan algo por nosotros, para que no vuelva a ocurrir algo así”, dice.


Heroísmo

José Pop, de 50 años, pastor evangélico, se convirtió la noche del miércoles en un héroe, aunque ya no podrá celebrarlo con sus hijos. Pop murió intentando salvar a sus hijos Ana Rebeca, de 12 años; Delia, de 19, y Sergio Daniel, de 5. La familia, compuesta por siete hijos —uno adoptado—, vivía en El Calvario.

Su esposa, Elvira, no pudo articular palabra al conocer la muerte del jefe de familia. La pequeña Ana Rebeca no comprendía la magnitud de la tragedia y Delia rompió a llorar: “Ahí estaba sentado frente a mí. Mi papá me salvó la vida. ¿Por qué se murió? ¿Por qué?”, se lamentaba.

Alud se lleva a los más pequeños

En una morgue improvisada en el Centro de Salud de Senahú se llevaba a cabo ayer la labor de reconocimiento de cadáveres. Al menos 10 de las 22 víctimas reportadas hasta entonces eran niños. Sólo 15 habían sido identificados por familiares; el resto, con nombres supuestos, informó Byron Chinchilla, oficial primero del Juzgado de Paz, encargado de levantar las actas de defunción.

Los esposos Yaxcal Chub perdieron a siete de sus nueve hijos debido al alud. En tanto, otras 25 personas permanecían hospitalizadas con lesiones. El alcalde José García calculó que hay entre 30 y 40 personas desaparecidas. Las cuadrillas de rescate hacían ayer lo posible para localizar a más víctimas.

Casas desaparecieron

Entre los escombros se veían objetos y muebles de las víctimas. La destrucción fue total en la parte alta de Senahú. Los damnificados trasladaban refrigeradoras, sillas y enseres personales; los niños limpiaban el lodo de los discos; hombres desorientados buscaban a sus seres queridos. La lluvia cayó con tal fuerza que arrastró vehículos, árboles, piedras, adoquines y personas. “Tras una hora de lluvia intensa, empezó la tragedia. Aquí ya no se puede vivir”, dijo Eric Wohlers, de 38 años.

Bomberos, Conred, Cruz Roja, médicos cubanos y guatemaltecos, voluntarios, Gobierno y vecinos coordinaron esfuerzos para dar apoyo a los afectados por el deslave. Élder Norris, de 20 años, originario de Utah, EEUU, acudió al municipio en cuanto se enteró de la tragedia. “Esto es terrible, pero la gente es muy solidaria y está dispuesta a ayudar”, dijo. Sin electricidad y sin agua, los médicos ayudaron al límite de sus posibilidades.

El presidente Óscar Berger suspendió su agenda de trabajo y se dirigió a Senahú. “Estamos dolidos, porque son tremendas las pérdidas humanas”, declaró. A la vez, expuso que los daños son incalculables. A las 10.20 horas, frente a la comuna local, dio un mensaje de solidaridad a los pobladores y les ofreció su apoyo. Berger intentó comunicarse por teléfono celular a la capital, pero le fue imposible.

Las autoridades estiman que hay varias familias que corren peligro en la colonia El Calvario, en Senahú, las cuales podrían ser trasladadas a la colonia 30 de Mayo. El alcalde José García indicó que hay 270 viviendas construidas por el gobierno anterior, pero tienen deficiencias, y eso las hizo inhabitables. “Sabemos que el presidente —Óscar Berger— ordenó a su secretario privado, Eduardo González, iniciar la revisión y reparación”, dijo.

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