Unos 250 campesinos decidieron invadir las referidas fincas a finales de diciembre de 1995, con el argumento de la falta de tierra para vivir y cultivarla; sin embargo, los propietarios de las fincas invadidas iniciaron acciones legales ante el Juzgado Primero de Primera Instancia de Sololá.
Trascurrieron los días, hasta que el 20 de febrero un juez local pidió ayuda a las fuerzas de seguridad para hacer cumplir la orden de desalojo de los invasores.
Al lugar también acudieron representantes de la Misión de las Naciones Unidas para Guatemala (Minugua), Gobernación Departamental y de la Procuraduría de los Derechos Humanos. Seis funcionarios de Minugua fueron retenidos y un vehículo fue dañado por los inconformes.
Los hechos
A las 9 horas del 20 de febrero los representantes de los campesinos se reunieron con autoridades para negociar la salida. Sin embargo, a las 11 horas los campesinos fueron informados por sus representantes de que no habían llegado a ningún acuerdo y que de inmediato serían desalojados del lugar. Esa situación provocó que se caldearan los ánimos y que se provocara un enfrentamiento.
Finalmente, los campesinos abandonaron la finca Santo Tomás y el FRI procedió a desmantelar las viviendas improvisadas.
A las 13 horas, el contingente policiaco fue movilizado a la finca La Providencia, para desalojar al otro grupo de invasores, donde sei s funcionarios de Minugua fueron retenidos y liberados 90 minutos después.
A las 1 4. 3 0 horas se produjo otro enfrentamiento entre campesinos y fuerzas de seguridad; al final fueron desalojados.
Según el entonces vocero de Minugua, Carlos Urrutia, los incidentes se produjeron debido a la tensión que generó la presencia policiaca en el lugar.
Además, aclaró que los funcionarios de Minugua en ningún momento fueron retenidos; lo que ocurrió fue que los campesinos cerraron la puerta de entrada a la finca La Providencia, para impedir el ingreso de la Policía.
El funcionario de Minugua admitió que un vehículo de la misión fue dañado por los labriegos.
Invadirán otra vez
Los campesinos desalojados de las fincas mencionadas afirmaron que volverían de nuevo a ocupar las dos fincas, y demandaron del Gobierno una solución a la falta de acceso a la tierra, indicó un funcionario de una organización defensora de derechos humanos, que pidió no ser identificado.
Dijo que la situación de los campesinos es precaria y que las autoridades de Gobierno deben adoptar medidas urgentes para solucionar el conflicto agrario, de lo contrario, pueden ocurrir graves incidentes.
Los campesinos estaban dispuestos a ofrecer sus vidas por el reclamo de tierra que llevan a cabo, añadió.
Invasión en Ocós
Unos mil 500 campesinos invadieron ese mismo 20 de febrero terrenos del entonces parcelamiento La Blanca, Ocós, San Marcos, los cuales reclaman como área de reserva para la ampliación del centro urbano destinado a la construcción de viviendas.
El corresponsal en esa región dijo entonces que el presidente del comité para compra de tierras, Juan López y López, afirmó que los invasores mantenían reclamos de esos terrenos desde 1953, cuando se creó el parcelamiento La Blanca.
Las parcelas que reclamaban los labriegos estaban identificadas con los números 62, adjudicada a Manuel Rodas; 63, Pablo Alfaro; 64, Vicente Barrios; 89, Carlos Galindo, y la 90-A, a Carlos Melgar. También reclamaban la parcela 61 que fue adjudicada.
Raíz social
La invasión de tierras es un problema que Guatemala arrastra desde hace más de un siglo. La marcada diferencia entre la minoría que posee la mayor parte de tierra cultivable y la mayoría que no posee sale a relucir siempre que estallan los conflictos agrarios.
Sumado a ello, fenómenos sociales como la migración también ha causado durante los últimos 50 años el aumento de invasión de tierras. En forma paralela han surgido asentamientos humanos como una reacción social ante la falta de vivienda digna.
Desalojados del Polochic carecen de servicios básicos. (Video: tomado de Youtube)