Gran Bretaña deseó por largo tiempo la independencia beliceña, que se convirtió en un gasto oneroso para las arcas británicas. Los miembros del ejército inglés calificaron de forma despectiva a los guatemaltecos como “guats” o “melones” y los consideraba como el peor obstáculo para el proceso independentista.
El conflicto con Inglaterra por Belice data de hace más de 150 años. La colonia inglesa cambió su nombre a Belice en 1964, cuando comenzó a gobernar el primer ministro George Price, apoyado por el Partido Popular Unido.
El 29 de julio de 1981, Rafael Castillo Valdez, ministro de Relaciones Exteriores, reiteró que el entonces presidente Fernando Lucas García había delineado una política de diálogo abierto en la búsqueda de una solución al conflicto.
El comunicado al respecto indicaba: “La Constitución de la República es clara y categórica al indicar que Belice es parte del territorio de Guatemala, y la proclamación unilateral de su independencia, en nada cambia nuestra posición, ni debilita nuestros derechos sobre esta porción de nuestra patria, usurpada por la Gran Bretaña desde hace muchos años”.
El Gobierno hacía formal reserva de los derechos de Guatemala sobre el territorio beliceño, y no reconocía supuestas fronteras con el mismo. Confirmaba, además, la decisión de no invadir Belice, mas, en ejercicio del derecho de legítima defensa, adoptaría y aplicaría todas las acciones que estimaría pertinentes para rechazar cualquier agresión, que bajo el falso pretexto de defender la independencia de Belice, pusiera en peligro la tranquilidad, la paz y la seguridad de los guatemaltecos.
Reconocimiento
En 1991, el presidente Jorge Serrano Elías reconoció la independencia de ese territorio de Gran Bretaña, pero aún mantiene el reclamo territorial. A partir de esa declaración se originaron problemas, tanto para Serrano como para la Cancillería. El entonces canciller Álvaro Arzú anunció su dimisión al cargo el 21 de septiembre.
“Antes de violar la Constitución y poner en peligro a mi país, prefiero dejar la cancillería”, dijo.
El 30 de octubre 1992 el entonces mandatario, Jorge Serrano Elías, fue apoyado por los presidentes de El Salvador, Alfredo Cristiani, y de Honduras, Rafael Leonardo Callejas, en el reconocimiento de Belice como un Estado independiente y la intención de establecer relaciones diplomáticas.
Mediante una declaración conjunta, con la firme voluntad de Serrano de negociar directamente con el Estado de Belice una solución al diferendo territorial, reiteraban la confianza en que con continuada buena fe y apego a los principios del Derecho Internacional, las negociaciones entre Guatemala y Belice concluirían con un acuerdo satisfactorio a las aspiraciones justas de ambos pueblos, sus intereses nacionales y los de toda la comunidad centroamericana.
Renegociaciones
Se han dado algunos esfuerzos en negociaciones con el gobierno beliceño, siendo notable el acuerdo alcanzado en 2008 llamado “Acuerdo Especial entre Guatemala y Belice para someter el Reclamo Territorial, Insular y Marítimo a la Corte Internacional de Justicia”, firmado el 8 de diciembre de 2008, con el compromiso de efectuar una consulta popular a los pueblos guatemalteco y beliceño de ratificar la elevación del diferendo a la Corte Internacional de Justicia.
El 25 de mayo de 2015, los cancilleres de Guatemala, Carlos Raúl Morales, y de Belice, Wilfred Erlington, firmaron un documento que permitiría efectuar consultas populares en diferentes fechas, según conveniencia de los dos países. Es el Acuerdo de Protocolo Especial, que garantiza las consultas en ambos países.
En Guatemala, la consulta se propuso para el 25 de octubre de 2015, día de la segunda vuelta electoral. El objetivo era ahorrar hasta Q500 millones, pero no prosperó.
Agresión a pobladores
En la zona de adyacencia ha habido roces e incidentes entre pobladores de Petén y Belice que han dejado al menos diez muertos.
Uno de los casos más lamentables ocurrió el del 19 de abril de 2016, cuando en un ataque armado murió el menor Julio Alvarado Ruano y resultaron heridos su hermano Carlos y su padre, Carlos Alvarado Ramírez.
El presidente, Jimmy Morales, decidió enviar tropas a la zona y retirar al embajador en ese país, Manuel Estuardo Roldán Barillas.
Morales rechazó el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) porque responsabiliza a campesinos guatemaltecos de haber provocado el ataque de las Fuerzas Armadas de Belice.
Luego del informe la OEA, Belice pidió una disculpa a Guatemala por el incidente. Ante esto, la respuesta oficial fue: “Que quede claro que Guatemala no dará ninguna disculpa a Belice. Se está negando justicia”.
El 12 de septiembre último la familia de Alvarado Ruano huyó de la comunidad donde residía por acoso de tropas beliceñas y el escueto informe de la OEA.