Entre los municipios Purulhá, San Jerónimo y Salamá, Baja Verapaz, estas áreas protegidas abundan en la región; sin embargo, hay al menos ocho que están a orillas de la carretera, entre los kilómetros 144 y 172.
Además de encontrar aventura y descanso, estos parajes son ideales para compartir con la familia, amigos o la pareja, pues también ofrecen hospedaje y alimentación, así como espacios para acampar, conversar alrededor de una fogata o una chimenea, nadar en alguna poza o piscina y la posibilidad de observar especies de la flora y la fauna endémicas, entre ellas el ave nacional.
Algunas de las que se pueden visitar en este tramo son: Río Escondido, Saq-há, Posada Montaña del Quetzal, Ram Tzul, Montebello, Country Delight, Biotopín y, por supuesto, el Biotopo del Quetzal Mario Dary Rivera. Todas dentro del Corredor Biológico del Bosque Nuboso.
El objetivo de este corredor, como cualquiera en el mundo, es facilitar la conservación de especies. Busca unir porciones de bosque para permitir el libre desplazamiento de animales, con lo cual se asegura la conservación de la diversidad biológica.
Actividades a realizar
La mayoría de estas reservas ofrece los servicios de hospedaje, comida típica y caminatas dentro del bosque. Los recorridos también contemplan visitas a cataratas y avistamiento de aves.
La variedad gastronómica es amplia, así que no dude en disfrutar de los productos ahumados de cerdo como costilla, salchichas, longaniza y chorizos, o adquirir conservas, jaleas, dulces típicos, chocolate y chile cobanero.