La convocatoria iba dirigida a los trabajadores de los sectores privado y estatal, del campo y la ciudad, para que dejaran de laborar como una muestra de rechazo al ambiente golpista y a la intención del Ejército de imponer a Gustavo Espina, exvicepresidente; al mando del Ejecutivo.
Por otro lado el sector indígena se sumó a las manifestaciones públicas en contra de la crisis gubernamental que se vivía producto del autogolpe. Alrededor de dos mil indígenas provenientes del altiplano occidental manifestaron por las calles del Centro Histórico y se concentraron frente al Palacio Nacional, para expresar su rechazo a el golpe de Estado y a la intencion de colocar en el poder al exvicepresidente Espina Salguero.