Los departamentos de oriente fueron los más afectados, la lluvia estuvo ausente durante dos meses; lo cual representó graves pérdidas económicas para los agricultores, quienes aseguraban les sería muy dificil superar esa situación, ya que habían invertido todo su dinero en la siembra de maíz y frijol.
En un reportaje publicado en Prensa Libre, los afectados comentaron que de cosechar diez quintales de maíz por manzana, pasaron únicamente a producir dos.
Reportaje de Prensa Libre publicado en agosto de 1991. (Foto: Hemeroteca PL)
El drama que vivieron los campseinos en esa ocasión se debió a un invierno anormal. Edy Sanchez, del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Metereología e Hidrología (Insivumeh); manifestó en dicha oportunidad que la Tierra sufría de un fuerte calentamiento dado que había incrementado su temperatura en un grado por arriba de lo normal, desde ya se proyectaba que para el año 2000 hubiera subido hasta 3 grados centígrados.
La canícula no debería representar un riesgo, sin embargo se extiende a causa del efecto invernadero que sufre el planeta, el cual es un proceso en el que la radiación térmica emitida por la superficie planetaria es absorbida por los gases atmosféricos y es irradiada en todas direcciones provocando una temperatura mayor en la superficie del planeta.