El cortejo procesional realizó visitas en los templos de Santa Rosa, Santa Catalina, La Recolección y La Merced.
El cardenal al percatarse de la llegada de Nuestra Señora del Rosario al atrio de Catedral Metropolitana, comentaron los medios que lloró de la emoción.
Posteriormente en su mensaje al pueblo guatemalteco dijo lo siguiente: “Pidamos a la Virgen María que nos ayude, nos proteja; que siempre nos sonría, y que ayude a este pueblo de Guatemala a vivir en paz”, exclamó el cardenal, entre aplausos y repique de campanas.
Quezada enfatizó en que el pueblo católico debe elevar plegarias por el cese de la violencia, Agregó: “Los que nos ordenamos en la mitad del siglo pasado siempre buscamos la paz, y ahora esperamos que las nuevas generaciones sigan ese camino”.
También compartíó con los feligreses su deseo porque hubieran más sacerdotes y que el pueblo incremente su devoción por la Virgen María.
Recuerdos
El cardenal Quezada relató a la multitud que desde niño asistía a las misas “con tan devoción hacia monseñor Mariano Rossell”, y de ahí nació su deseo por ser sacerdote.
Recordó que a los 24 años acudió a la Catedral Metropolitana y conversó con monseñor Juan Gerardi, quien también había sido nombrado sacerdote en esa época. “Él condujo mis pasos hacia el seminario”, expresó, lo cual motivó aplausos.
Como dato histórico, la imagen de la Virgen del Rosario no se procesionaba desde 1992.