Y dejó una huella en la ciudad de Utrecht, en Países Bajos, que todavía se siente hoy en día.
BBC NEWS MUNDO
La misteriosa tormenta que destruyó la ciudad de Utrecht e hizo que cayera “granizo del tamaño de una cabeza de bebé”
Apenas duró 15 minutos. Una intensa y potente tormenta recorrió el noroeste de Europa una noche de verano hace casi 350 años.
Un nuevo estudio ofrece la mejor explicación hasta ahora sobre lo que ocurrió.
- ¿Qué es el raro fenómeno del “asma de las tormentas eléctricas”?
- La mejor estrategia para evitar que te alcance un rayo durante una tormenta eléctrica
Los últimos años del siglo XVII fueron una época difícil para Holanda.
Los holandeses se vieron envueltos en una guerra contra varias potencias extranjeras, incluidos los franceses y los ingleses.
1672 fue un año particularmente infame en la historia de Holanda.
Llegó a ser conocido como el “año del desastre” porque marcó la invasión de la República de Holanda por parte de las fuerzas francesas, inglesas y de regiones de lo que es hoy Alemania.
“Los franceses se llevaron todo el dinero. Utrecht quedó completamente destrozada”, dice Gerard van der Schrier, del Real Instituto Meteorológico de Holanda, en De Bilt.
La ciudad quedó indefensa ante un gran desastre natural, que fue, lamentablemente, lo que ocurrió justo dos años más tarde.
Granizo como cabezas de bebé
El miércoles 1º de Agosto de 1674 fue un típico día caluroso y húmedo de verano en el noroeste de Europa.
Hacia el final del día, comenzó la tormenta.
Pero fue intensificándose y hacia las seis de la tarde, una devastadora tempestad comenzó a avanzar hacia el norte, dejando una estela de destrucción a su paso.
Docenas de testimonios retratan la escena.
“En Bruselas, caían piedras de granizo tan grandes como canicas; muchos árboles fueron arrancados de la tierra, pero también muchas fachadas de casas fueron derribadas… En Estrasburgo, el granizo parecía tan grande como cabezas de bebés“, dice un periódico de la época.
Un comerciante holandés llamado Gerrit Jansz Kooch escribió un poema describiendo cómo quedaron los barcos en Ámsterdam, arrancados del agua y estrellados contra el suelo.
Kooch también relató la historia de un agricultor que fue incapaz de reconocer sus propios campos tras el paso de la tormenta.
Los árboles habían desaparecido, así como las torres de las iglesias de los pueblos aledaños.
Una tormenta inusual
Utrecht parece haber llevado la peor parte. Todavía hoy son visibles los efectos de la tormenta.
“La Torre Dom (de la Catedral de San Martín) es el signo más obvio de las consecuencias de la tormenta”, dice van der Schrier.
La parte central del edificio quedó aplastadapor la tempestad.
Muchas otras iglesias de Utrecht también sufrieron daños.
“Una iglesia originalmente tenía dos torres. Todavía las tiene, pero la tormenta les arrancó la parte superior”.
Notoriamente, los testimonios también reflejan dos aspectos muy particulares.
Uno de ellos es que los daños se ubicaban de manera inusual. Los edificios de una calle podían estar aplastados, pero no así los de la calle contigua.
El otro es que la tormenta duró muy poco tiempo.
“Hay varios relatos de agricultores que se pusieron a cubierto cuando la vieron venir de frente”, dice van der Schrier
“Dicen que sólo duró 15 minutos. Después, cuando se pusieron en pie, el cielo estaba completamente despejado de nuevo”.
No era un tornado
En 1980, los meteorólogos concluyeron que el desastre debió haber sido resultado de un tornado, capaz de destrozar una zona rápidamente.
Pero van der Schrier y su colega, Rob Groenland, creen que hay una explicación mejor.
Su investigación fue publicada en la publicación internacional sobre desastres naturales Natural Hazards and Earth System Sciences (NHESS).
El problema es que un tornado es demasiado localizado y limitado para dar cuenta de todo el desastre que hubo en Utrecht.
Podría ser responsable de la destrucción de un distrito en particular de la ciudad, pero no puede explicar por qué hubo varios puntos de actividad fuerte en una amplia región.
Sin embargo, un tipo particular de sistema de tormentas llamado “eco en arco” (o tormentas en arco) sí podría.
Pero este tipo de tormentas son relativamente nuevas para los meteorólogos.
El terminó se usó por primera vez hace 40 años y se ha vuelto popular a medida que se han hecho más fáciles de identificar y estudiar.
Las tormentas en forma de arco pueden tener decenas de cientos de kilómetros de largo.
Pasan por una zona en cuestión de horas y se asocian con fuertes ráfagas de viento que reciben el nombre de “vientos en línea recta”.
Estos vientos se mueven verticalmente a gran velocidad hacia la superficie terrestre, pero durante una tormenta de arco soplan en paralelo hacia la tierra.
“Hemos podido reconstruir la forma [de la tormenta] usando observaciones históricas”, dice van der Schrier.
La tormenta y la palabra Utrechtenaar
Hay pruebas de vientos lineales y los relatos de los testigos sugieren que la parte central del frente flanqueó Utrecht ligeramente, lo cual indica que tenía forma de arco.
Los cuadros de la destrucción muestran que la Torre de Dom y las de otras iglesias cayeron en dirección norte -la dirección en la que viajaba el viento—pero otras lo hicieron hacia el oeste, en dirección perpendicular al frente.
Solamente pudieron caer por torbellinos que produjeron fuertes ráfagas hacia ese lado.
“Todos los relatos de testigos oculares coinciden con la hipótesis de que fue una tormenta en arco”, dice van der Schrier.
Este tipo de trabajo puede ser valioso para las autoridades del país, dice el experto, que aseguran que los edificios y otras estructuras son lo suficientemente fuertes para resistir grandes tormentas.
Comprender exactamente cómo se desarrolló la tormenta de 1674 y documentar los daños resultantes podría ser útil para diseñar y construir estructuras robustas para hacer frente a eventos similares.
Pero además este tipo de investigaciones científicas son muy interesantes.
Esta tormenta fue un capítulo importante (y a veces pasado por alto) de la historia de Utrecht.
Como la tormenta ocurrió sólo dos años después del “año del desastre”, había poco dinero para reparar los daños.
La catedral permaneció en ruinas durante décadas.
“Las ruinas se convirtieron en un lugar de encuentro para los homosexuales“, dice van der Schrier.
Más de 50 años más tarde, los holandeses comenzaron a condenar esas actividades homosexuales.
Los juicios comenzaron en Utrecht bajo la orden de Josua Wils, el hombre a cargo de la sacristía de la catedral.
“La conducta homosexual fue descrita como proveniente de la ciudad de Utrecht”, dice van der Schrier.
La palabra “Utrechtenaar” se convirtió sinónimo de homosexualidad.
“Todavía hoy día se relaciona con esta tormenta, aunque muchos no lo sepan”.