El entusiasmo de los guatemaltecos era grande, al fin se respiraban aires de libertad; ese jueves 15 de marzo de 1945, se inició la sesión en el Congreso a las 10.55 horas, para elegir al jefe de las fuerzas armadas, la que recayó en el mayor Arana.
A las 11.30 horas llegaron al Congreso los miembros de la junta de gobierno; el presidente de la Asamblea Constituyente, licenciado Jorge García Granados se puso de pie para jurar la nueva Constitución y seguidamente declaró disuelta la Constituyente.
Eran alrededor de las 13.10 horas, cuando el presidente de la asamblea, licenciado Manuel Galich, impuso la banda presidencial al doctor Arévalo, en medio de la alegría general del público e invitados especiales que abarrotaban el palacio legislativo.
Misiones especiales
Asistieron al acto de transmisio?n del poder presidencial, veintiún misiones especiales, las que presentaron sus cartas credenciales a la junta de gobierno, la vi?spera, en el salo?n de oro y marfil del Palacio Nacional; adema?s de las misiones especiales, se acreditaron los representantes diploma?ticos residentes, con cara?cter de embajada extraordinaria de la Santa Sede, Costa Rica, Repu?blica Dominicana, Brasil, Nicaragua, Estados Unidos, Chile, Panama?, Cuba, Colombia, Pai?ses Bajos y China.
Las misiones especiales fueron las de Francia, Peru?, Venezuela, Honduras, Haiti, Dinamarca, Suecia; delegacio?n especial de Yugoslavia y el presidente del congreso de Costa Rica.De Estados Unidos vino el sen?or Spruille Braden, como embajador extraordinario en misio?n especial, representando al presidente Roosevelt.
La gestión Arevalista
Are?valo Bermejo asumi?a el poder sin culpa alguna respecto a la deuda externa. Adema?s, su asuncio?n coincidi?a con el final de la Segunda Guerra Mundial, cuya e?poca fue bautizada como la de “buena voluntad y de tolerancia entre las naciones”.
Pero no so?lo eso. Tambie?n el precio del cafe? habi?a subido cuantiosamente en el mercado internacional, lo cual permitió al gobierno arevalista tomar cierta bonanza económica. Lo más importante, sin embargo, es que las condiciones que se presentaban eran propicias para promover la modernizacio?n del pai?s, lo cual hizo posible una serie de conquistas sociales, laborales, culturales y educativas.
Se crearon las escuelas Normal Rural “La Alameda”, de Agricultura, de Servicio Social; las facultades de Humanidades y Agronomi?a, asi? como las escuelas de Ciencias Econo?micas y Humanidades, en Quetzaltenango.
Asimismo, en el aspecto cultural surgieron el Instituto Indigenista Nacional, el Instituto de Antropologi?a e Historia y la editorial “Jose? de Pineda Ibarra”. Uno de los logros que au?n se mantiene vigente es la Ley de Escalafo?n del magisterio; adema?s, se impulsaron las escuelas Tipo Federacio?n, en un concepto novedoso que no ha podido superarse.
En cuanto a la poli?tica internacional, el gobierno de Are?valo Bermejo, a trave?s del Ministerio de Relaciones Exteriores, declaro? caduco el tratado “Wyke-Aycinena” —que trataba sobre la situacio?n de Belice— suscrito en 1859, además renaciendo el suen?o de la unio?n centroamericana.
El Gobierno mantuvo sus reservas respecto de los pre?stamos de la comunidad internacional, pues Are?valo Bermejo manteni?a el principio de que cuando Guatemala recibi?a un empre?stito en do?lares con la mano derecha, con la izquierda se estaba entregando la Soberani?a de la Patria.
Probablemente por esas actitudes, en algunos casos rebelde, enfrento? una serie de intentos de golpes de Estado, levantamientos y conjuraciones. Sin embargo, logro? entregar el cargo al coronel Jacobo Arbenz Guzma?n, el 15 de marzo de 1951.