Arévalo arribó procedente de México, donde permaneció algunos días para visitar familiares y amistades que residen en aquel país y posteriormente llegó a territorio guatemalteco, en donde disfrutaría sus vacaciones en Taxisco. La población taxisteca preparó un acto para bautizar la escuela local con el nombre del exmandatario.
Luego de las actividades realizadas en Santa Rosa, Arévalo se reunió con el presidente de entonces, Carlos Arana Osorio, y con el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Herrera Ibargüen.
Homenajes
La llegada del expresidente a Guatemala se había mantenido en secreto. Sin embargo, la información trascendió cuando grupos de personas indicaron que preparaban algunas actividades para homenajear al visitante.
Según señala la nota, integrantes del magisterio nacional dieron una recepción al exgobernante. Por su parte, exfuncionarios que trabajaron en el gobierno de Arévalo hicieron lo propio para agasajar a su invitado.
A pesar de que era un secreto a voces la estadía del exgobernante en Guatemala, en las esferas oficiales se mantuvo total hermetismo.
Regreso definitivo
Juan José Arévalo regresó para establecerse en el país a mediados de la década de 1970. Años más tarde se reunió con el presidente Marco Vinicio Cerezo Arévalo, a quien le manifestó su satisfacción de poder ver que un civil había retomado el poder en Guatemala. Celebró la ocasión diciendo: “La revolución de octubre va a tener un segundo capítulo”. Desafortunadamente también fue testigo de los múltiples problemas que enfrentó el gobierno de Cerezo.
Arévalo Bermejo falleció a los 86 años de edad, en un hospital de la ciudad de Guatemala. Sus restos descansan en el cementerio de Taxisco.