“Si Jacobo Árbenz Guzmán llegó a figurarse que desde la pequeña Guatemala podría desafiar a la democracia norteamericana, cometió un grave error de enfoque, que le ha conducido a la derrota. Quizá en su fuero interno, Árbenz acarició la idea de ser el mundo occidental lo que Tito en el mundo soviético: La cuña enclavada en el sistema”.
El matutino norteamericano acusaba a Árbenz de haber comprado armas a los soviéticos y desembarcarlas en Puerto Barrios. Además de que el único camino para salvar a Guatemala era liquidando el movimiento comunista. De no hacerlo colocaría al país al borde de una guerra civil, en la que correría mucha sangre.
“El coronel Árbenz es altamente responsable no sólo de la crisis que actualmente atraviesa Guatemala, sino así mismo del deterioro de las relaciones interamericanas. Hay un hecho indiscutible: La batalla moralmente la ha ganado Castillo Armas con su movimiento de liberación, sin la entrada en acción no hubiera sido posible que el ejército guatemalteco hubiese depuesto a su jefe el comunizante Árbenz. Guatemala debe hacer su unidad para resurgir su unidad para resurgir democráticamente, purgada de toda influencia comunista”, de ésta forma terminaba el editorial que expresaba la linea de opinión de los medios de comunicación norteamericanos que se encargaron de dirigir la opinión pública en contra del gobierno arbencista.