En la noche del 7 de junio de ese año, estallaron en la capital siete bombas. Dos de las siete explosiones causaron serios destrozos en las residencias de los periodistas García y Contreras Vélez, director y gerente de publicidad, respectivamente, de Prensa Libre.
Cinco bombas más afectaron los tanques de petróleo de los Ferrocarriles internacionales; los edificios de las embajadas de Brasil y Nicaragua, y una casa propiedad del diputado liberacionista, Mario Sandoval Alarcón.
La capital vivía una jornada de caos y zozobra por el aumento de ataques provenientes de grupos desestabilizadores.
Dos sospechosos de haber colocado la bomba en la embajada del, Brasil, fueron capturados. En la Embajada de Nicaragua los daños fueron mayores, porque la garita de seguridad quedó casi destruida.
En ninguno de los atentados hubo muertes que lamentar.
Ejercicio periodístico
Ante los ataques actuales a la libertad de prensa, el ejercicio periodístico y la secretividad de las fuentes, es oportuno traer a colación la reacción de la APG en 1965.
La Asociación de Periodistas de Guatemala (APG) dio a conocer la siguiente declaración pública, en la página 48 de Prensa Libre:
“La Asociación de periodistas de Guatemala, preocupada por las reiteradas coacciones de que viene siendo víctima la prensa del país por medio de reprobables actos que ponen en peligro la libertad de emisión del pensamiento, tales como los atentados terroristas perpetrados en las residencias de los compañeros Pedro Julio García y Alvaro Contreras Vélez, considera conveniente declarar que estas medidas, cualesquiera que sea su procedencia, constituyen la negación de los más elementales principios humanos y democráticos, y condena toda otra manifestación tendiente a coartar dicho principio universal”.
Fe en la Prensa
“Al protestar por los hechos ocurridos, que lesionan gravemente la función de la prensa, la APG reitera su fe inquebrantable en que la libertad de emisión del pensamiento es la savia de los pueblos, sin la cual el hombre y las naciones no pueden vivir como tales.
La APG respalda a los periodistas cuando, en el ejercicio de su profesión, se ven amenazados en sus vidas y bienes, máxime en casos como los presentes, en que han sido víctimas de la violencia y acciones de tipo criminal.
Los atentados contra periodistas no resuelven ningún problema para los grupos en desacuerdo con su criterio, toda vez que la institución de la prensa, como tal, está llamada a orientar independientemente a la opinión pública, sin importarle asuntos confesionales, políticos o de otra índole”.
Condena
“Finalmente, esta entidad hace un llamado a la familia guatemalteca, para que vuelva a los senderos de la cordura, en beneficio de la colectividad”.
Dado en la Casa del periodista, a los once días del mes de junio de mil novecientos sesenta y cinco.
La Junta Directiva
A más de cincuenta años de dichos ataques, el asedio y acoso contra la prensa independiente no termina. Sin embargo, ésta sigue su tarea de informar y formar, dos principios fundamentales del periodismo.
Libertad de expresión, un derecho universal. (Video: tomado de Youtube)
