“No hace falta mayores explicaciones… nos fuimos atraídos por el afán de ganar y hacer pisto en Estados Unidos, ahorrar y regresar a Guatemala y así poder poner un negocito y emprender una nueva vida”, dijo uno de los deportados.
Se le preguntó a otro de los guatemaltecos deportados el porqué de la decepción. Dijo que sencillamente porque de un grupo de 10 personas, aproximadamente, ni siquiera una había podido quedarse en EE. UU.
Llegando y cayendo
Los deportados no se explicaban cómo a los pocos minutos de haber tocado tierra en Los Ángeles California habían caído presos. Eso les ocurrió el 6 de febrero; luego, fueron deportados.
Rodolfo Barillas Valenzuela dijo: “Nos sometieron a interrogatorios fuimos amenazados con algo así como una manguera con las que azotan a las bestias; era para que dijéramos de dónde proveníamos.
Entre el grupo de “espaldas mojadas” de Centroamérica había choferes, mecánicos, bachilleres, pintores de brocha gruesa, herreros, panificadores… en fin, toda una gama de mano de obra que buscaba una mejor oportunidad.
“Lo que acabamos de vivir en el norte fue una experiencia que no recomendamos a ningún guatemalteco que pretenda ir a Estados Unidos en busca de trabajo, ya que las autoridades de Migración de aquel país mantiene una estrecha y constante vigilancia a lo largo de toda la frontera entre México y Estados Unidos”, dijo en esa fecha otro indocumentado.
Embarcados en deudas
También manifestaron los deportados que es común y corriente que la mayoría de guatemaltecos o de otros países de Centroamérica que hacen el viaje se queden “embarcados” en deudas, ya que para hacer el viaje tienen que reunir de cuatrocientos a seiscientos dólares. Para ello empeñaban radios, radiolas, televisores o relojes, o bien obtener ese dinero mediante un préstamo, por el cual los prestamista cobraban 60 quetzales de intereses.
Carlos Lemus Gallardo, entonces director de Migración, dijo que se insistía en persuadir a los guatemaltecos de que viajaran a Estados Unidos. “Nosotros, mejor que nadie, sabemos que cualquier persona, sea latinoamericana o de otro continente que llegue a Estados Unidos en busca de trabajo careciendo de documentación en regla, está condenada a verse en problemas”, comentó.
Los echan de EE. UU.
De octubre de 1974 a marzo de 1975 solo por la vía aérea habían llegado deportados de Estados Unidos 2,089 connacionales .
Otro indocumentado dijo: “Llegamos de Estados Unidos a México donde nos recogió un avión de Aviateca y nos trajo a Guatemala”.
Además, indicó que Migración de Estados Unidos había declarado una guerra sin cuartel a los latinoamericanos que se encontraban sin docuemntos en regla.
En el grupo de deportados que regresaron al país también había una mujer que, según lo manifestó, había trabajado como artista de circo y que un día resolvió irse a Estados Unidos en busca de nuevos horizontes.
Uno de los deportados dijo que el director de Migración de Estados Unidos habló por una cadena de televisión sobre la campaña en contra de las personas que se encontraban sin documentos en Estados Unidos, y que un millonario había ofrecido cooperar con Migración de ese país con cinco millones de dólares para que fueran utilizados como mejor se considerara para esa campaña.
Expuestos a todo
Un periódico que se editaba en la frontera de Tijuana, México, dio la noticia de que un grupo de “espaldas mojadas” en el que también había guatemaltecos, había sido objeto de abusos por los “enganchadores” (coyotes) que operaban entre las dos fronteras y que a cambio de no denunciarlos exigían a las mujeres satisfacer favores sexuales.
Deportaciones masivas continúan en 2016. (Video: tomado de Youtube)