A raíz de la muerte del padre de Isabel, el Rey Jorge VI, a consecuencia de cáncer de pulmón, el 6 de febrero de 1952, Isabel se convierte en Reina por ser la siguiente en la línea de sucesión. La muerte de su padre le sorprendió en Kenia, hecho que ya esperaba Isabel, ya que llevaba consigo la declaración de adhesión a la corona por si la muerte de su padre le sorprendía en el camino.
El 2 de junio de 1953, el Arzobispo de Canterbury colocó en la cabeza de Isabel II la histórica corona de San Eduardo en la Abadía de Westminster.
Miles de británicos aclamaron en las afueras de la abadía a su nueva reina, que fue trasladada en la bicentenaria carroza real al Palacio de Buckingham, sede oficial de la Reina. Para realizar posteriormente el gran desfile de la coronación. Estos preparativos fueron realizados por el duque de Nortfolk, siendo una de las ceremonias más suntuosas de la historia del imperio británico.
Isabel II, además de ser la monarca del Reino Unido y de Irlanda del Norte, es Jefa de la Mancomunidad de Naciones y Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra (Anglicana).
El Reino Unido posee una forma de gobierno como monarquía parlamentaria, su territorio está constituido por cuatro naciones: Escocia, Gales, inglaterra e Irlanda del Norte y los territorios de ultramar y los estados miembros de la Mancomunidad de Naciones que no son sumisos a la corona británica pero comparten lazos con la monarquía.
Árbenz felicitó a la nueva soberana
El mismo día de la coronación de la Reina Isabel II el presidente de Guatemala, coronel Jacobo Árbenz Guzmán, envió el siguiente mensaje a la monarca: “Al enviaros en nombre del gobierno y pueblo de Guatemala y en el mío propio la más cordial felicitación con motivo de vuestra coronación, hago sinceros votos por la ventura personal de vuestra majestad, así como por la creciente prosperidad del pueblo británico”.