Fue el 22 de agosto de 1951, el tercer ejemplar sacado en Prensa Libre en su historia, se puede observar la primera publicidad de un tocadiscos. Se trataba del modelo XP-335, con capacidad de reproducir discos de vinilo de diferentes tamaños (18, 20 y 25 centímetros), así como diversas velocidades (33 y media, 45 y 78 revoluciones).
Con el paso del tiempo, las marcas y modelos de tocadiscos se ampliaron considerablemente, ofreciendo un abanico de posibilidades al consumidor de poder reproducir sus discos de música favoritos.
Philips, General Electric, Curacao, Philco, Radio City y RCA solo eran algunas de las distribuidoras que comercializaban tocadiscos, de todos los tamaños y con varias funcionalidades. Los más recordados son el tocadiscos automático, aquellos que poseían además un reproductor de radio y otros que hoy pareciera increíble pensar que existieron: los tocadiscos de vinilos exclusivos para automóviles.
Los precios de los tocadiscos variaban mucho en cuestión de su funcionalidad. Por ejemplo, a mediados de los años sesenta, se podían encontrar opciones que rondaban los Q35 hasta los más lujosos que podían costar Q129.
Siendo uno de los medios de entretenimiento musical más populares en su momento, junto a la radio, el tocadiscos formó parte de varios de los hogares de los guatemaltecos al largo de los años. Por ello, existían diversos tocadiscos que fungían no solo como aparato reproductor sino como un decorativo más en los hogares, permitiendo almacenar otros objetos en su interior.
En el año 1977 aparecía la publicidad de varios reproductores “todo en uno”, que tenían la particularidad no solo de reproducir discos de vinilos, sino de grabar cassettes, tener radio AM y FM y poseer parlantes de diferentes tamaños. Estos podían costar desde Q300 hasta Q850, concretamente en 1974.
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Además, también había una gran variedad en lo que se refiere a los discos de vinilo. Se podían encontrar de varios géneros, sin embargo, el género rock, música clásica, boleros y música bailable como merengue o salsa eran los más comprados.
En muchos locales los discos de vinilo podían costar alrededor de un quetzal. Sin embargo, otros discos tenían mayor precio por ser de artistas que eran bastante reconocidos en esos momentos, como Los Beatles al momento en que lanzaban un disco.
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