El cadáver de Adolfo Hitler nunca se encontró y no hay ninguna prueba concluyente de que muriera en Berlín. Esta es una de las conclusiones que circulan sobre la muerte de Hitler a la fecha.
La versión oficial siempre ha sido que se suicidó junto a su esposa Eva Braun, en el búnker de la Cancillería de Berlín, Hitler de un disparo y Eva Braun con cianuro, y que los cadáveres fueron incinerados.
La historia se fundamenta en los testimonios contradictorios de tres hombres que estuvieron a su servicio durante una década y quienes afirmaron haber visto su cadáver. Pero hay otra historia que sostiene que Hitler nunca murió en Berlín, sino que huyó y falleció a edad avanzada.
Tras el fin de la guerra, aparecieron muchas informaciones, a veces contradictorias, sobre el destino de Hitler. Algunos periódicos publicaron cosas tan dispares como que Hitler estaba escondido en un monasterio de budistas tibetanos, que había huido a España o que utilizó un submarino para llegar a Suramérica o a la Antártida.
Sin evidencias
El coronel W.J. Heimlich, quien fue jefe de los servicios de inteligencia de EE. UU. en Berlín, declaró que él estaba a cargo de determinar lo que le había pasado a Hitler, y tras una cuidadosa investigación, su informe decía: “No hay evidencia que pruebe la teoría del suicidio de Hitler”.
Dos días después de que los soviéticos tomaran Berlín, no hallaron en el búnker ni a Hitler ni sus restos. Más tarde hallaron un cadáver cuyo rostro era casi idéntico al de Hitler. Lo cotejaron con fotos, midieron su estatura y parecía él. Al final resultó ser el de un doble.
Hitler, un hombre sumamente inteligente, podría haber orquestado un gran montaje sobre su muerte, si así lo hubiera deseado. Al fin y al cabo, era el Führer de Alemania y tenía todos los medios disponibles para hacerlo. Es posible que haya un mito sobre su destino, con el fin de evitar su búsqueda.
Interrogantes
A pesar de que se asegura que Hitler se suicidó, hay evidencia que no convence. En 1993, en uno de los archivos de la KGB en Moscú, se permitió filmar por primera vez, y con permiso oficial, uno de sus secretos mejores guardados.
Cuidadosamente envuelto mostraban restos de lo que dicen es el cráneo de Hitler. En el cráneo aparece un orificio de bala, según el cual Hitler se habría disparado en la boca, pero la historia oficial es que Hitler se disparó en la sien. Científicos norteamericanos refutan la autenticidad de estos restos indicando que pertenecieron a una mujer.
Las declaraciones de los testigos que afirmaron haber quemado su cadáver podrían o bien estar equivocadas (quemaron un cadáver, pero ¿el de Hitler?) o bien falsas, mintiendo por el Führer. Es incluso posible que se aleccionara a todas las personas susceptibles de ser interrogadas al respecto sobre lo que debían declarar, y también es posible que se les hiciera creer que Hitler se suicidó.
Hay versiones de que Adolfo Hitler fue visto en varios países después del anuncio de su muerte. Se dice que fue visto en Argentina, en un café en Ámsterdam o Zürich, Suiza; los Alpes austriacos, España y hasta en Escandinavia.