Siete meses y medio antes, el 4 de abril, el cuerpo de Dina Marleni López Reyes, madre de tres niños, fue localizado en un río de aguas servidas, en un sector de la zona 12 capitalina.
En el caso de Ramos, casi de inmediato fue capturado el agresor, quien resultó ser su esposo, David Ramírez. Mientras tanto, el asesinato de López Reyes continúa en la impunidad.
Esos hechos son una forma extrema de la violencia que a diario sufren cientos de mujeres guatemaltecas. A ello se suma el maltrato físico, verbal o sicológico, que es parte de la cotidianeidad de niñas, jóvenes, adultas y ancianas, como reconocen las expertas en el tema.
En la mayoría de los casos, la violencia es ejercida por padres, hermanos, hijos, convivientes o familiares cercanos. Fuera del hogar, las mujeres son víctimas de maestros, conductores de autobuses, jefes inmediatos o cualquier desconocido.
Para alzar la voz, decenas de organizaciones de género marcharán hoy por la capital de Guatemala en conmemoración del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.
Según Giovanna Lemus, del Grupo Guatemalteco de Mujeres, el objetivo de la actividad es pedir que no haya más violencia y muerte contra las mujeres, y que se modifique el Código Penal en beneficio de las víctimas de la violencia.
Marca de la violencia
En lo que va del año, en promedio, una mujer ha sido asesinada cada día por diversas causas. Además, cada mes son violadas sexualmente 37, incluidas menores de edad, y una es agredida cada 60 minutos.
Lo anterior se comprueba al analizar los registros oficiales de la Policía Nacional Civil, PNC, y de la Fiscalía de la Mujer, del Ministerio Público, MP.
Hasta septiembre, la PNC había capturado a 140 presuntos homicidas de mujeres, pero los agresores en 82 casos más permanecen libres.
Asimismo, sólo 99 personas han sido aprehendidas por su presumible participación en 332 ataque sexuales, es decir, sólo ha habido una captura por cada tres denuncias.
Un dato relevante es que en los primeros nueve meses del año, según la PNC, 480 mujeres sufrieron diversos tipos de lesiones, en su mayoría provocadas por hombres. Pese a lo abultado de las estadísticas, las fuerzas de seguridad capturaron a 272 agresores. La efectividad en las capturas es cercana al 50 por ciento.
Extraoficialmente, se conoce que por cada caso de violencia intrafamiliar denunciado, al menos 10 quedan en silencio y, por tanto, en la impunidad.
Costumbre perversa
Para María Eugenia Solís, abogada especialista en género, la violencia contra sus congéneres ?es una de las formas más graves de discriminación?. Ocurre en la mayoría de hogares, sin importar condición social o étnico, ni la edad de las mujeres, la cual deja secuelas físicas y sicológicas.
Solís considera que uno de los objetivos de atacar a mujeres dentro o fuera del hogar, ?es implantar el miedo?. Sostiene que la violencia doméstica ?de manera perversa, se acepta como costumbre?.
Con el miedo a cuestas
Lemus explica que las dimensiones de esa situación no son consideradas como un problema real. Estima que el Estado es débil, por lo cual ha obligado a que las mujeres se organicen.
Muestra de ello es que existe una red de no violencia, en la que están agrupadas siete organizaciones que trabajan con víctimas de maltrato y violencia doméstica.
?La mayoría de mujeres guarda silencio, y desconoce a qué instancias acudir. Además, tiene miedo de represalias?, agrega Lemus.
Contra la violencia
Contribuir a la disminución de la violencia contra las mujeres es una de las prioridades de diversas representaciones diplomáticas en Guatemala. Una de las más activas es la de Estados Unidos.
En abril del año pasado, la embajadora Prudence Bushnell inauguró en Quiché la oficina regional del proyecto No Violencia Contra la Mujer.
Eso es parte del esfuerzo estadounidense, en el que invertirá Q14.4 millones, para ayudar a que las mujeres puedan vencer la violencia y la discriminación y lleguen a participar en el desarrollo democrático.
De acuerdo con Steven Hendrix, gerente para Guatemala del programa de justicia, de la Agencia Internacional para el Desarrollo, el Gobierno de EEUU incluye en todos sus programas el componente de género.
A la vez, dice que éste colabora con diez centros de justicia en todo el país, en los que se pone atención a la violencia contra las mujeres. El objetivo es mejorar el acceso de la población a la justicia, en particular, las mujeres, explica.
En la vía correcta
Solís, Lemus y Hendrix coinciden en que se ha avanzado en el tema, pero que falta mucho por hacer.
Para el funcionario estadounidense, su país apoya la erradicación de la violencia contra la mujer, en esfuerzos en los que participan líderes comunitarios, representantes del Gobierno y entidades no oficiales?.
Entre todos, puntualiza, se debe buscar soluciones al problema. Para lograrlo, es indispensable que las víctimas no guarden silencio y denuncien a sus agresores, recomienda Solís.
Contra el silencio e impunidad
Cualquier mujer, sin importar importar edad, condición social o étnica, debe denunciar abusos en su contra. Si desiste, familiares, amigos o vecinos de la agredida pueden acudir a diversas instancias.
El objetivo es alzar la voz para que las arbitrariedades no queden impunes. ?El mejor favor que se puede hacer a los agresores es guardar silencio?, aseguran las organizaciones de mujeres.
¿A dónde acudir?
? En todo el país hay oficinas públicas donde las víctimas pueden quejarse.
? Entre otras dependencias, pueden acudir a comisarías de la Policía Nacional Civil, PNC, y a las sedes regionales de las procuradurías de Derechos Humanos y General de la Nación.
? Las denuncias también pueden ser presentadas en juzgados de familia y de paz, fiscalías distritales del Ministerio Público, y bufetes populares.
? Luego de conocer la queja, la PNC está obligada a auxiliar a la agredida y a capturar al agresor.
? Luego de recibir una denuncia, el juzgado de familia notifica al agresor. Después de un proceso, lo sentencia o absuelve.
Testimonios: Golpes, golpes
La violencia intrafamiliar es constante. Para muestra, cuatro testimonios divulgados por el Programa de Justicia de la Agencia para el Desarrollo Internacional, de EE. UU.
? ?Pensaba que sólo hay pocas personas que viven así y que me daría vergüenza que alguien se enterara de que me pegaba de esta manera?.
? ?Yo sabía que si les contaba lo que realmente había pasado, llamarían a la Policía y tendría que hacer una denuncia, y no podían garantizarme que me protegerían de ese loco las 24 horas del día?.
? ?El policía que me atendió me preguntó qué había hecho yo para que me pegara tan duro. Mejor decidí regresar a mi casa, porque la autoridad pensaba que yo había tenido la culpa, y no me iba a ayudar?.
? ?El médico que me atendió me ayudó a sentir mejor cuando me dijo que no merecía que me trataran así. Me aconsejó que fuera a un grupo de ayuda de hijos maltratados. Allí mismo llamó por teléfono para que me atendieran?.
Estadísticas abultadas
Denuncias de ataque sexual, maltrato físico y sicológico han quedado registrados para investigación en diversas oficinas públicas.
Hasta el 31 de octubre, la Fiscalía de la Mujer recibió 7,451 denuncias por violencia intrafamiliar y violación sexual.
Según datos de la Fiscalía, en diez meses fueron presentados 538 casos de violación sexual, y 6,375 de violencia intrafamiliar.
En octubre pasado, esa oficina recibió alrededor de dos denuncias diarias por violación. El mes en que más quejas por violencia doméstica hubo fue agosto, con un aproximado de 27 cada día.
Entre noviembre de 2000 y octubre de 2001, las 24 oficinas de la Procuraduría de Derechos Humanos atendieron 5,664 denuncias. La mayoría se recibió en la capital, con 857; la menor, en San Marcos, con 33.
Después de la capital, donde más se agrede a las mujeres es en Retalhuleu y Escuintla, con 410 y 424 casos. En contraposición, además de San Marcos, donde hay menos denuncias registradas son Jalapa y Chiquimula, con 86 y 82.
De 1998 al 19 de septiembre de 2001, en el Organismo Judicial, OJ, recibieron 839 denuncias de violencia intrafamiliar. La mayoría, 227, de Petén, y las menos de Retalhuleu y Sacatepéquez, con una cada departamento, según la Dirección de Estadística Judicial del OJ.
En los registros de la Policía Nacional Civil, de enero a septiembre de este año se contabilizan 332 casos de violación, 222 de homicidio y 480 casos de lesiones a mujeres.
Fuentes: MP, PDH, OJ, PNC, mensuario feminista La Cuerda.