Los sobrinos de Ana tienen 17, 11, 6 y 3 años, y la menor es una bebé de seis meses.
Ana describe estar profundamente angustiada por la desaparición de sus seres queridos. Conmocionada, relata lo sucedido la noche del pasado 24 de septiembre cuando las lluvias arreciaron y el agua del río se volvió turbulenta. “Todo pasó rápido”, asegura.
“La señora que estaba en la esquina gritó ‘se está llenando’, y nos fuimos corriendo. Solo le di a mi bebé y a mi nena a una señora, aquí arriba, y salí corriendo a ver a mi hermana, pero cuando bajé ya no vi nada. Ya estaba limpio”, relata.
Desde las dos de la mañana recuerda que los vecinos de la comunidad Dios es Fiel comenzaron a alertar de lo que estaba sucediendo.
“Fue en un ratito, solo vino la corriente con fuerza. Cuando yo bajé a ver otra vez, el río ya había bajado su nivel. No sé cómo fue que se vino —la corriente—, pero solo pasó. De allí ya no creció más, pero ya se había llevado todas las casas y a todas las personas”, dice tratando de contener su llanto.
Según cuenta, el río subía de nivel por las lluvias, pero anoche fue inusual y experimentaron un aumento drástico y descontrolado debido a una corriente de agua que resultó siendo destructiva.
“Siempre el río ha crecido, pero nunca ha llegado hasta aquí. Nunca ha crecido, y ellos se confiaron”, dijo observando impotente el lugar donde estaba la casa de su hermana y sobrinos.
Cómo llegaron a la comunidad
Ana menciona que en su caso recién cumplió un año de alquilar una vivienda en la parte superior de la peña. Fue su hermana Ofelia junto con su esposo, ambos de 34 años, quienes decidieron establecerse allí primero, hace cuatro años.
Ellos dos y sus cinco hijos vivían en la parte baja donde ocurrió la emergencia y continúan las labores de búsqueda.
Según Ana, ella había considerado irse a vivir a la colonia Bethania, en la zona 7, pero el alquiler por un cuarto pequeña era muy caro a su parecer. “Entonces mi hermana fue la que me buscó este cuarto”, recuerda.
Debido a las condiciones del terreno, Ana siempre sintió la preocupación de que los árboles pudieran caer, pero se mantenía “siempre pidiéndole a Dios”.
Al mudarse junto a ellos, logró mantener cercanía con su hermana, quien logró llegar a ser propietaria del terreno donde estaba la vivienda que fue arrasada.
“Nunca me imaginé que el río iba a crecer y se llevaría a toda mi familia. […] ahora ya no quedó nada. Ninguno de ellos, todos están desaparecidos”, dice angustiada, entre súplicas para que la operación de búsqueda y rescate continúe.
Respuesta ante emergencia bajo el puente El Naranjo
Los cuerpos de emergencia informaron que un bloque de viviendas de la comunidad Dios es Fiel fue atrapado por la corriente y arrastrado consigo la noche del pasado domingo 24 de septiembre de 2023.
Un día después de la emergencia se reportan tres fallecidos y 18 personas desaparecidas, entre adultos y menores, según la última actualización de datos que la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) emitió el 25 de septiembre, en la que se estima que seis viviendas fueron arrastradas por el agua del río bajo el puente El Naranjo.
Diversas instituciones han formado tres fuerzas de tarea para trabajar en el lugar, incluyendo al Ejército, Bomberos Voluntarios y Municipales, Cruz Roja, Equipos de Respuesta Inmediata de la Conred, la Policía Nacional Civil y de tránsito de Guatemala y Mixco.
En este lunes 25 de septiembre, a las 6.20 horas en la zona se observó a parte del equipo de Bomberos Municipales comenzando el proceso de recuperación de una niña de aproximadamente 5 años, quien perdió la vida tras ser arrastrada por la corriente.
Llegadas las 11.49 horas, la Conred actualizó que seis cuerpos de las víctimas habían sido localizados.
Germán Bran, de la alcaldía auxiliar de zona 7, declaró a medios de comunicación que están coordinando acciones de apoyo para la comunidad afectada, acercándose a los líderes comunitarios y evaluando sus necesidades.
Bran explicó que se podría habilitar un albergue, y unos 60 vecinos se trasladarían a un salón comunal de una colonia cercana que está condicionado con agua y luz, lejos del área en riesgo.
Según Bran, tenía conocimiento de que el sector había sido declarado inhabitable debido al riesgo del terreno y entre 2004 y 2005, según sabía, se notificó a los vecinos, pero el espacio se volvió a ser ocupado.
Bran aseguró que un día después de la tragedia están entrevistando a las familias afectadas y más adelante se determinará el número total de personas en riesgo y el tipo de ayuda que necesitan en medio de la adversidad que atraviesan.