Según trascendió, Morales llegó, calentó junto a sus compañeros y comenzó a disputar el partido, sin embargo pidió su cambió un momento antes de desvanecerse.
El joven caminaba hacia el centro del campo esperando el cambio solicitado pero no logró llegar, quedó tirado a pocos metros de salir de la cancha, sobre el césped artificial.
En el mundo
La muerte en medio o después de practicar actividades deportivas no es una novedad, aunque tampoco son casos frecuentes.
El 14 de abril del 2012 el jugador italiano Piermario Morosini sufrió un paro cardiáco a mitad de un encuentro futbolistico que disputaba en la ciudad de Pescara. Morosini fue atendido en la cancha y trasladado a un hospital de la localidad, donde murió minutos después de su llegada.
El camerunés Marci-Vivien Foé, murió el 26 de junio del 2003 luego de derrumbarse a mitad del encuentro entre Camerún y Colombia, en Lyon, Francia. El deportista cayó en el centro del campo, también por un ataque cardiáco.
Otra de las muertes de este tipo se registró en Portugal, cuando el jugador húngaro Miklós Fehér fue amonestado durante el encuentro entre Benfica y Vitória de Guimaraes. Fehér jugaba para el primer equipo.
El jugador fue amonestado con una tarjeta amarilla y caminó hacia su posición de espaldas al arbitro, sin embargo mientras avanzaba comenzó a inclinarse hasta caer al suelo. Su muerte se diagnosticó como un tromboembolismo pulmonar.